“Abriré un nuevo proceso de diálogo social con todos los actores involucrados en este proyecto, ya sea que estén a favor o en contra”, señaló el gobernador.

Tal como sucedió en la provincia de Mendoza a fines de 2019, las mayorías legislativas y los acuerdos políticos en Chubut no lograron superar la presión de una militancia ambientalista anti minería que se hace cada vez más fuerte en las grandes urbes del país.
A sólo cinco días de su aprobación, el gobernador Mariano Arcioni decidió derogar la ley de zonificación minera ante una situación de revuelta social que se hacía insostenible.
“Respeto profundamente a quienes se han manifestado pacíficamente estos días y quiero pedirles de abrir una ventana de tiempo durante la cual nos demos una oportunidad. Durante este tiempo abriré un nuevo proceso de diálogo social con todos los actores involucrados en este proyecto, ya sea que estén a favor o en contra”, expresó vía Twitter.
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A su vez, anunció que convocará a un plebiscito provincial “para escuchar a todas las voces del pueblo”, a pesar de que las principales encuestas reflejan una clara inclinación hacia el “no” dentro de la sociedad chubutense desde hace varios años.
Se trata de un golpe durísimo para el gobernador peronista que tenía a la reforma minera como el pilar de su gestión y venía luchando desde hace años para aprobarla pese a la resistencia de su propio espacio por el rechazo que generaba.
De hecho, la obsesión de Arcioni con el tema queda de manifiesto con su intento de avanzar con esta iniciativa en plena campaña electoral aún conociendo el cimbronazo que significaría en su propia fuerza, que terminó cuarta con apenas el 10% de los votos.
El ex militar considera que la minería es la única salida a la crisis económica que atraviesa la provincia y estaba convencido de que sea su “legado”, incluso si terminaba con su carrera política.
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Lo que nunca previó es que el nivel de protesta alcance estas dimensiones o, quizás, que ante las manifestaciones, los diferentes intendentes de su espacio le fueran soltando la mano, dejándolo solo en esta cruzada.
Así fue la reacción de mandatarios de ciudades claves como Trelew y Puerto Madryn que, a pesar de haber apoyado en un comienzo, terminaron adhiriéndose a las movilizaciones.
Ahora, habrá que esperar a la convocatoria del plebiscito, pero parecería que la minería en Chubut perdió su última oportunidad y que en el futuro próximo, ninguna otra fuerza política de esta provincia se animará a intentar reflotarla.