Se otorgará un 4% acumulativo hasta agosto, tal como se acordó con las refinadoras petroleras. Cuestionamientos por el impacto del dólar soja en los costos.

“No quieren que los biocombustibles se escapen del cepo que acordaron con las refinadoras de petróleo, pero eso no guarda relación con lo que está pasando. El aumento es totalmente exiguo”, así califica el analista de bioenergía y ferrocarriles Claudio Molina al ajuste otorgado por la secretaría de Energía y describe el sabor a poco con el que se quedó todo el sector del biodiesel.
Como sostiene Molina, la pauta del 4% mensual hasta agosto pretende alinear los biocombustibles con las naftas y el gasoil para evitar cuestionamientos desde la industria petrolera, a pesar de las diferencias que presenta este tipo de producción sustentable.
Entre ellas se destaca el impacto del dólar soja, que encareció el abastecimiento de aceite, materia prima clave que usan los productores de biodiesel. “Esto de la fórmula de precios establecida por 3 meses vista, es una buena medida en cuanto entiendo les da un horizonte a las pymes para planificar su producción, pero por otro lado no tiene en cuenta la volatilidad de precios de insumos (aceite principalmente) ni los cambios que pudieran suscitarse por ejemplo por la determinación por parte del gobierno de tipos de cambio diferencial para la soja y sus derivados como el llamado dólar soja. Estas son, por ejemplo, algunas de las complicaciones de trabajar con un mercado intervenido en cuanto precios en un panorama fluctuante como el que tenemos en el país. El precio que hoy no pueda ser suficiente para cubrir los costos, mañana sí y viceversa”, explica a este medio Víctor Castro, Director Ejecutivo de la Cámara Argentina de Biocombustibles.
[Los combustibles subirán un 4% por mes hasta agosto]
“Los productores de aceite tienen que pagar la soja a otro tipo de cambio, por ende, el aceite y harina que surge de la molienda tiene otro precio. Personalmente entiendo el mayor problema radica en tener precios fijados por la autoridad de aplicación, pero así está en la ley. Esto se debería repensar”, agrega.
A este contexto se le suma el atraso en los pagos que, a pesar de estar fijados en 30 días por la Resolución 324 publicada en el Boletín Oficial, los productores aseguran que no se cumple. “Las empresas tienen que tomar coberturas que son caras, YPF no respeta el plazo de 30 días y la Secretaría no controla. La situación del biodiesel es bastante compleja, algunos productores están en mejor estado que otros, pero la incertidumbre es total. Hoy no se controlan ni que se cumpla el corte del 5%, ni el plazo de pago, ni que los precios salgan con la fórmula polinómica que impulsó el propio Gobierno”, dice Molina.
Para completar el cuadro de situación, el analista sectorial indica que existe un claro desorden político al interior de la Secretaría de Energía, que termina afectando a la industria por la falta de coordinación.
“Al Director de Biocombustibles no le renovaron el contrato y todavía no han designado a uno nuevo, mientras que Bernal no tiene diálogo fluido con Royón. Si uno analiza lo que sucedió en todo este Gobierno, la gestión fue de mala a muy mala. Diría que fue la peor gestión de todas las conocidas en materia de biocombustibles. El contenido de biodiesel en las mezclas fue el más bajo de todos, nunca existió un período de 11 meses sin que se ajusten los precios como pasó en 2020 y tenés un nivel de inflación como nunca que hace que el incumplimiento en los plazos de pago sea determinante”, subraya el especialista.
Otro referente sectorial de una importante cámara empresaria de Santa Fe, remarcó a EOL que “al igual que el último sendero de precios, este sendero no considera los costos del sector, sino el máximo que podría reconocerle en función a lo que se les autorizó a las petroleras. Por encima de ese número, las petroleras se iban a oponer a validarlo. No fue consensuado y no se encuentra en el marco de la estructura de costos”.