Las señales económicas son cada vez más adversas y la suba de tasas generalizada golpea fuerte a los commodities.

Luego de un pico de 122 dólares a mediados de año, el barril de petróleo empezó a transitar un sendero decreciente durante todo el segundo semestre hasta llegar, este viernes, a su menor valor de todo el 2022 en un marco de nubes negras a nivel económico global.
Los augurios de una inminente recesión cobraron todavía más fuerza esta jornada, golpeando fuerte a los mercados y llevando al Brent a un piso de 85 dólares, en una caída diaria superior al 5%.
Las principales señales negativas provinieron de la crisis del real estate en China que está afectando a todo el sector de la construcción y del ajuste en la política monetaria de los principales bancos centrales del mundo.
“Hay una fortaleza del dólar frente al resto de las monedas del mundo que obligó al Bank of Japan a sostener el yen. Y de acá a fin de año se espera una suba de tasas ininterrumpida de la Fed, posiblemente hasta el 5% o el 5,5%”, indicó a este medio el analista de mercados Francisco Uriburu.
Otro de los factores que presionó al crudo a la baja fue la aceleración en la venta de reservas estratégicas que Biden está llevando a cabo desde principios de año para inundar el mercado de petróleo y tener más posibilidades en las elecciones de noviembre. El mandatario demócrata lleva vendidos casi 190 millones de barriles, lo que hizo que el volumen de este stock llegue al nivel más bajo desde 1984.
De cara al futuro, la reciente decisión del Estado de California de prohibir el uso de calentadores de agua y calderas a gas a partir de 2030 y de vehículos a combustión interna a partir del 2035, también operan como factores desestabilizantes.
“Lo que es claro es una reversa de la tendencia alcista del Oil & Gas que incluso puede llegar a bajar un 10% más. Y todavía no empezó la recesión que se está provocando por la suba de tasas”, agrega Uriburu.