Inicio Actualidad España proyecta tener 1.500 estaciones con combustible renovable para 2025

España proyecta tener 1.500 estaciones con combustible renovable para 2025

Repsol continúa apostando a la expansión de los combustibles renovables. En la actualidad, la compañía tiene 360 puntos de estas características.

El consejero delegado (CEO) de Repsol, Josu Jon Imaz, adelantó desde Madrid que la compañía quiere tener en 2025 operativas 1.500 estaciones de servicio en España que ofrezcan combustible cien por cien renovable, acelerando así en su objetivo de alcanzar los 1.900 puntos en el horizonte de 2027.

En estos momentos, la compañía tiene 360 puntos suministrando en su totalidad combustible cien por cien renovable y el objetivo es duplicar estos emplazamientos para finales de año, para en 2027 ofrecer este tipo de combustible entre el 60% y 65% de la red de estaciones de servicio de la compañía.

“Repsol tendrá la mayor red de este tipo de estaciones de Europa”, aseguró Imaz, según replicó el sitio El Periódico de la Energía.

A día de hoy, Repsol produce más de un millón de toneladas de combustible renovable al año y la necesidad de las empresas y las administraciones públicas, en opinión de la organización, es estar de acuerdo en el concepto de descarbonización de la economía.

“Es nuestra responsabilidad moral descarbonizar el sistema y seguir suministrando los combustibles que necesita la sociedad española”, afirmó el directivo, al tiempo que pidió una apuesta en el ámbito europeo por una regulación que favorezca la expansión de los combustibles renovables.

Desde Repsol aseguran que los combustibles renovables “son una de las principales palancas de la estrategia de la energética para acelerar la reducción de emisiones del transporte y conseguir el objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050”.

En este contexto, cabe recordar que este tipo de combustible es, desde el punto de vista de calidad y funcionamiento en los motores, “equivalente a los convencionales”.

Así, según explica la compañía, la diferencia entre ambos es que se fabrican reemplazando la materia prima de origen mineral por residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado, aceites procedentes de residuos agroalimentarios y residuos agrícolas y forestales, por lo que “fomentan la economía circular y la actividad económica de los entornos rurales”.