Julián Drangosch es miembro de la ONG La Bitcoineta, además de docente especializado en criptomonedas. En diálogo con EOL, habla sobre el presente y posible futuro de la industria, y el elemento en el que se posan las críticas a ella: el consumo energético.

Da la sensación de que lo que introdujo el ecosistema de las criptomonedas, por sobre todas las cosas, es vértigo. Aún su entramado y devenir se presentan como fenómenos sumamente complejos para las competencias del ciudadano medio, sin embargo eso no le impide acceder a ese universo y depositar su confianza en lo que algunos llaman una moneda y otros una reserva de valor. Al ser un protocolo abierto y de carácter público, la posibilidad de acceder a él está ahí, al alcance de la mano.
De cualquier modo, las formas de involucrarse con este (no tan) nuevo elemento de la economía mundial son varias y van desde su compra-venta hasta la puesta en marcha de equipos al servicio de la seguridad de la red de registros criptográficos para la obtención de una recompensa, lo que se conoce como “minería”.
En medio de este vértigo que implica el seguimiento del desarrollo de esta industria, uno de los temas que sobresale es el del consumo energético que significa el sostenimiento de esta red. Hay quienes sostienen que la demanda de electricidad que requiere Bitcoin a nivel mundial es excesivo y dañino para nuestro planeta. Del otro lado, algunos responden que considerarlo de esa manera es caer en un error conceptual, al margen de que mientras esta discusión se lleva adelante la industria financiera se vale de edificios enteros con oficinas iluminadas las 24 horas del día.
Según Emiliano Grodzki, CEO y fundador de Bitfarms, Bitcoin, a nivel mundial, “consume 100 mil MW, tres veces más que la capacidad instalada en Argentina”. Al margen de los números, la pregunta a la que debería llegar cada industria productiva es de qué modo se vale de esa energía.
Muchos actores de esta industria se embanderan en la certeza de que si hay algo que hicieron las criptomonedas es llegar para quedarse. En esa línea, Julián Drangosch dice: “Veo que lo mismo que vimos con la electricidad y con internet va a pasar con las criptomonedas”. Él es ingeniero eléctrico, graduado de la UTN, abocado al diseño de subestaciones eléctricas de alta tensión, docente y miembro de Signatura, startup que utiliza las blockchains para usos no monetarios. Sostiene que “Bitcoin es el activo financiero que, en los últimos doce años, mejor ha funcionado, habiendo creado un retorno del 200% anualizado”, lo que da la pauta de que, a pesar de su alta volatilidad, se pone un traje bastante atractivo a la hora de pensar en invertir.
En un contexto en el que la necesidad de que los Estados se comprometan a una transición energética se hace cada vez más notoria, el cuidado de la salud del planeta es un tema de todos los días. En consecuencia, no hay industria que puede darse el lujo de no pensar en cómo su actividad puede repercutir en el ambiente. En torno a esta problemática, EOL dialogó con él.

¿De qué modo y a qué escala se está desarrollando hoy el minado de criptomonedas en el mundo?
Hoy por hoy, la minería bitcoin es del tipo industrial. Instalaciones ubicadas en distintas partes del mundo en donde hay computadoras que se llaman ASIC (apliccation specific integration circuit). Los chips que hay dentro de estas computadoras son específicamente creados para la minería de bitcoin. Los ponés a hacer otra cosa y no funcionan. Son chips que hacen solamente una cosa para que sean lo más eficientes posible. Si vos hacés minería con otra computadora, no estás siendo eficiente con respecto a la energía que vos estás utilizando. Los mineros son personas que defienden a la red poniendo estas computadoras a su servicio, gastando electricidad para defender la red. Ellos se llevan bitcoins como recompensa.
Ethereum, la segunda criptomoneda en importancia, decidió que no quería ir por el camino de la alta especialización de los equipos de minería, y por eso se mina con las placas de video. Entonces hay mucha gente que se dedica a minar Ethereum en forma hogareña. Con un motherboard que tiene una fuente de tensión, memorias y placas de video. Es un equipo que cualquiera puede construir sin la necesidad de ir a alguno de estos proveedores de equipamientos especializados. Es por esto que Ethereum es más del tipo hogareño, por ahora. Si lo que vos estás tomando como parámetro es la seguridad de la red, al ser las GPU (equipo para minado de Ethereum) menos eficientes en los cálculos, consumen más energía. La alta especialización dejó afuera al participante minoritario, pero es más eficiente a nivel energético.
Decís que las criptomonedas son una moneda “autosoberana”. ¿En qué sentido? ¿Qué rol juegan y jugarán los Estados en vínculo con ella?
Dentro del código fuente tiene sus reglas del protocolo. Ese código fuente está corriendo en 50 mil computadoras. Es autosoberano en el sentido de que nadie puede cambiar las reglas del protocolo, porque si lo hicieras te desincronizarías de la red automáticamente.
Hoy es más bien una amenaza, salvo para Estados muy particulares que tengan una visión muy a futuro. Con la llegada de internet, los Estados llegaron después que los usuarios. Hoy también estamos primeros los usuarios, antes que las corporaciones. Recién ahora estamos viendo a las primeras corporaciones y los Estados son los últimos. Podés comprar bitcoin a través de una plataforma o como si fuese una operatoria tipo dólar blue. Es algo muy liviano.
China ya lanzó un programa de yuan digital. Pero este yuan, que se comporta como una criptomoneda, no está utilizando prueba de trabajo sino que es una base de datos centralizada como cualquier otra. Lo que tienen ahí es un sistema de trackeo de cualquier compra que vos hacés a partir de un registro de todas las transacciones y un monitoreo de las personas. Entonces ese tipo de criptomonedas estatales se pueden degenerar en un sistema orwelliano de control y vigilancia muy peligroso.
No digo ahora pero en algún momento podría empezar a tocar algunos intereses geopolíticos interesantes. Las monedas de reserva de valor no siempre han sido las mismas a lo largo de la historia. Pasamos por España, Holanda, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos en cuanto a las monedas que han sido utilizadas como reservas mundiales de valor. Bitcoin recién vale un trillón de dólares, lo que es algo chico comparado con economías mundiales, pero no sé si la va a causar gracias a Estados Unidos que todos empezamos a ahorrar en bitcoins.
¿Qué países son los referentes en la actualidad en cuanto al desarrollo de criptomonedas?
China es el número uno, porque tiene los tres incentivos alineados. Los chips de silicona se fabrican directamente ahí, por lo que casi no tienen costo de transporte. Tienen energía y mano de obra barata. Dentro del sistema interconectado de China, hay dos provincias –que no tienen una gran actividad industrial sino que están más bien vacías– en las que está instalada la mayor parte de la minería de criptomonedas de China y que cuentan con represas hidráulicas. Pero las líneas de alta tensión ya no dan abasto. Si bien tienen pactadas nuevas líneas de alta tensión, todavía las están fabricando, o sea son proyectos de infraestructura a largo plazo. Entonces, lo que pasa es que si vos no consumís esa energía, la tenés que turbinar y dejar pasar gratis, por lo que a las represas les conviene vender esa energía un poco más barata a los mineros de bitcoin que dejarla pasar gratuitamente. Una vez que el inversor soportó el costo de infraestructura, que es lo más caro, después de eso es mantenimiento nomás. Es por esto que es la hidráulica es la más barata en comparación con las demás fuentes de energía.
Otro país es Islandia, que tiene recursos hidráulicos en demasía, además del clima frío. En la crisis mundial del 2008, en Islandia hicieron responsables a sus bancos y fue uno de los primeros países en salir de la crisis.
¿Cuáles son los factores que deberían darse en un lugar dado para que la minería de criptomonedas pueda verse impulsada?
Se necesitan tres grandes factores para poder desarrollar infraestructura de minería de Bitcoin. Hay una instalación que se llama BitPatagonia, que está en Tierra del Fuego, por lo que se ahorran algunos costos. Necesitás un acceso barato a los chips de silicona. Las fábricas de chips de silicona, mayoritariamente, están en China y Corea del Sur, que son las mayores fabricantes de electrónica en el mundo. Entonces necesitás estar cerca de un puerto para no tener costos altos de transporte. También, necesitás una fuente de energía barata que le permita a uno ser más eficiente, y un clima frío. Estas computadoras operan a temperaturas altas, y lo que a vos te conviene es tener los chips funcionando a pleno, de modo de estar obteniendo más seguridad, ya que después se paga proporcionalmente a la seguridad que brindás. Al tener un clima frío, lo que uno está haciendo es overclockear los chips, es decir que puedan dar unos TH/s más. De lo contrario tenés que gastar en refrigeración para que los chips no lleguen a temperaturas en las que se comienzan a dañar. Y, además, lo que también debería haber es reglas claras y planes a largo plazo, lo que no tenemos en Argentina.
¿A qué hacés referencia cuando decís “reglas claras”?
En un parque eólico, el retorno de la inversión inicial es a quince o veinte años. Vienen las autoridades de Puerto Madryn y te ponen un impuesto al viento, lo que es una ridiculez. Lo que sería interesante –esto desde mi lado más criptoanarquista– es desconectarse de la red. No vendés la energía al suministro eléctrico, comprás mineros de bitcoin y sos un parque eólico aislado de la red eléctrica que es autosustentable. ¿Cómo hace el Estado para cobrarte? Vas a ir a una pelea legal. La respuesta a cómo pelear contra algo confiscatorio y que cambia las reglas dentro de las cuales vos invertiste sería salir del sistema, ya no participar de esa infraestructura tradicional. En vez de que te pague Cammesa, te paga la misma red de bitcoins. Lo que pasa es que, por ahora, es recontra volátil la moneda, entonces se hace difícil en ese sentido. Si bien Bitcoin es descentralizado, una instalación de minería debería estar registrada de alguna forma. Y de pronto viene un impuesto local que dice que a la minería de Bitcoin se le va a cobrar un tributo del 20%. Ahí te cambia constantemente la ecuación económica, que es muy sensible, porque imagínate que abriste toda tu operación minera y de repente el precio empieza a caer.

Algunas personas remarcan el consumo energético excesivo que implica el desarrollo de la industria de las criptomonedas. ¿Considerás que es así?
La energía que vos usás es para la coordinación de la cadena más larga. La energía no está directamente relacionada a las transacciones ni a la creación de las monedas. Hay personas que hacen cálculos de tipo simplistas con respecto al consumo energético. Dicen que para hacer tantas transacciones diarias, supongamos entre 200 mil y 500 mil, consume tanta energía. O que consume tanta energía para emitir nuevos bitcoins por día y en definitiva hacen una extrapolación extraña. En realidad, eso es una confusión, porque no entienden qué es el gasto energético dentro de la red.
Te doy un ejemplo que vas a entender perfectamente: cuando una gacela está en el medio de una sabana y sabe que está siendo observada por un león, su comportamiento es el de saltar y correr en círculos para demostrarle al león que está sana y que si el león quiere atacarla va a tener que gastar más energía que ella para atraparla. En Bitcoin sucede exactamente lo mismo con el gasto energético, y lo que hace es poder determinar cuál es la cadena que tiene mayor trabajo acumulado. Esa es una regla del protocolo. Todas las computadoras siguen la cadena que tiene la mayor cantidad de trabajo acumulado, y lo que hacemos es prevenir que se gaste dos veces las monedas porque todos estamos sincronizados a la misma historia de todas las transacciones.
La energía no está directamente relacionada ni con la cantidad de bitcoins ni con las transacciones ni con la cantidad de usuarios, sino que con lo único que está relacionado es con el hecho de que si vos querés propagar bloques o transacciones falsas tenés que gastar más energía que la propia red de Bitcoin para tratar de hacerle creer a la red de que vos sos la cadena más larga. Eso se conoce como un ataque 51%, es decir que de toda la energía que se gasta vos estarías gastando el 51% para crear una cadena apócrifa más larga.
¿Creés que tiene sustento la idea de que la industria está generando un consumo que resulta perjudicial para la salud del Planeta?
Mientras uno esté pagando por el servicio que consume, no debería haber un juzgamiento respecto a qué es lo que consume. Si yo lo estoy pagando, cómo podés juzgarme. Hoy juzgamos a Bitcoin porque consume tanta cantidad de energía a nivel mundial, pero Netflix consume exactamente la misma cantidad de energía. Más o menos, 90 TW de los servidores más todas las televisiones encendidas en las casas, con cuatro horas diarias promedio de consumo de Netflix.
Pero supongamos que hay un corte en el suministro eléctrico en una región, alguien que no está inserto en forma activa en el mundo de las criptomonedas puede decir que el corte probablemente se haya dado en mayor parte, no por el consumo en su casa sino por la demanda que significa la red de Bitcoin.
Es que la línea no es clara, en definitiva. Esto tiene que ver con la censura, para mí. Desde ese punto de vista, podríamos que ya no podemos tener un microondas en casa porque consume más que otra cosa. Me parece ridículo el punto, porque de ese modo vamos a estar juzgando cualquier microconsumo de cualquier casa. Si yo tengo un contrato con distribuidoras y lo pago, ¿cuál es el problema? Entonces, por qué no pensamos la diferencia entre el consumo de una pyme y una maxi empresa de aluminio que te consume todo lo generado por la represa Futaleufú (Chubut). Todo Futaleufú, entero, va todo directo a la empresa Aluar. En años previos, durante el kirchnerismo, se agregó el consumo de gas para los hornos y además se le generó una subestación, en la cual trabajé, y que pagamos entre todos. Juzguémosle a ellos también. O a Acindar, tal vez. A lo que voy es a que mientras las empresas paguen lo que están consumiendo, no veo por qué juzgar el consumo energético.
Antes hacías mención a la idea de que la industria pueda valerse de su propia generación energética, al margen del Sistema Eléctrico Interconectado Nacional, es decir por fuera de la esfera del Estado. ¿No creés que un obstáculo a esta idea podría pasar por el cobro provincial de regalías por el mero hecho de estar ubicado en su jurisdicción?
Seguramente, eso intentarían que sucediera. Al margen, para que los Estados puedan cobrarte impuestos debe haber una contraparte que te estén proveyendo. La idea de que ellos te puedan cobrar una tasa está atada al hecho de que, por ejemplo, te hayan brindado las líneas de conexión de gas. Si ellos no te proveyeron de una infraestructura o servicio, me parece a mí que la pelea llegaría a la Corte Suprema. No tienen facultades confiscatorias de flujo de dinero. Si lo único que vos estás haciendo es utilizar el viento que pasa, las provincias no deberían poder agregar ninguna tasa. El viento pasa, no es parte de la provincia. Incluso si la empresa perdiera ese caso en la Corte Suprema, estaría realizando un ataque especulativo con respecto a la criptomoneda.
¿Cómo es eso?
Una pelea judicial contra el Estado va a implicar años. El dinero en el sistema Bitcoin tiende a apreciarse cuando uno lo mira a largo plazo, mientras que el dinero en pesos o en dólares va perdiendo valor. En simultáneo, la recompensa que tiene la empresa dentro del sistema se va a apreciando con sólo dejar pasar el tiempo.
¿Y existen este tipo de casos en el mundo? Un privado que quiere hacer minería de Bitcoin y que, contando con la inversión requerida, decide montar un parque eólico u otra fuente energética para abastecerse.
Lo que yo conozco al momento pasa por la colocación de containers con las instalaciones en forma aledaña a los pozos de gas con recurso remanente para turbinar y así darle seguridad a la red de Bitcoin. De ese modo, estás eficientizando lugares que antes no eran eficientes. Se podría tener un parque eólico que podés ponerlo en operación aún cuando no tenés la infraestructura de media o alta tensión, llevás uno de estos containers con mineros y podés utilizar la energía instantáneamente cuando empiezan a girar los molinos. Y si después querés vender la energía a cualquier tipo de sistema interconectado, lo podés hacer. Al margen, imaginá esto con energía mareomotriz. Estás en la milla 201, conectado a internet satelital, ¿alguien te puede cobrar una tasa ahí?