Con un barril criollo queda cada vez más atrasado, las petroleras se enfocan en exportar e incrementaron sus punciones. En contraste, el gas registra una actividad mínima y sigue generando preocupación.
Tras el parate por los bloqueos a los accesos a los yacimientos que derivó en un abril negro, Vaca Muerta logró un nuevo récord de 1079 etapas de fractura en mayo, lo que demuestra una aceleración en los procesos de producción particularmente de crudo, que ahora recibe el espaldarazo de un Brent que traspasó la barrera de 70 dólares.
Debido a las tres semanas en que la actividad estuvo bloqueada, las etapas de fractura de abril apenas llegaron a 239 punciones, luego de un alza que venía siendo sostenida desde el inicio del año. En febrero, las etapas de fractura realizadas fueron 685, mientras que en marzo fueron 773.
[ Efecto piquetes: las etapas de fractura en Vaca Muerta se desplomaron un 70% en abril ]
Sin embargo, más del 80% de las etapas de fractura corresponden al shale oil, por lo que cerca de 200 punciones del total quedan para el avance en la producción de gas, que sigue corriendo detrás del cumplimiento de las metas del Plan Gas.
Según el informe mensual elaborado por Luciano Fucello, country manager de NCS Multistage, YPF fue la empresa que registró una mayor actividad, con 482 etapas de fracturas realizadas. Detrás de ella, se ubicaron Shell con 202; Vista Oil&Gas con 149, Pan American Energy con 100, Tecpetrol con 90 y Pluspetrol con 56.
Otra de las particularidades de mayo muestra es que Shell logró su mejor performance histórica en cuanto a fracturas realizadas, y que ni Exxon Mobil ni Chevron realizaron nuevas punciones este mes.
Con un barril criollo a 54 dólares para el mercado local, aquellas compañías petroleras que puedan exportar crudo ven en la suba de la cotización del crudo a nivel internacional un mayor estímulo de cara el mercado extranjero, donde les queda un neto de al menos 62 dólares tras reducir el 8% de retenciones y otros descuentos.
De este modo, las compañías quieren sacar provecho de una cotización internacional que ha mantenido cierta estabilidad en la suba desde que comenzó el año, excepto alguna que otra jornada de traspiés. A medida que la brecha entre las posibilidades de comercialización dentro del país y fuera del mismo es cada vez mayor, la atención se posa del otro lado de las fronteras.
Por otra parte, los inconvenientes que está atravesando la producción gasífera se traducen en este último número de etapas de fracturas. Un presente que sigue dando cuenta de la dificultad que tiene el sector para asumir los compromisos de producción establecidos en el Plan Gas, lo que llevó a que el Gobierno acelerase la importación de GNL.