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Pocos avances en la cumbre ambiental del G7 para eliminar los combustibles fósiles

En un encuentro de ministros de Ambiente y Energía en Japón se logró un consenso, pero aún falta una hoja de ruta precisa y compromisos de financiamiento a países en desarrollo. 

El Grupo de los Siete (G7), que reúne a los países más industrializados del mundo, dio en los últimos días un paso adelante con vistas a la eliminación del uso de combustibles fósiles, aunque la decisión aún tiene mucho terreno por recorrer para ser considerada efectiva.

En momentos en que el mundo observa expectante las marchas y contramarchas de Estados Unidos y Europa Occidental en relación al gas natural y el petróleo rusos y el refuerzo del “torniquete” al sector energético de ese país, la principal fuente de recursos vía exportaciones, la reducción del uso de combustibles fósiles es una buena noticia, pero que genera cierta incredulidad.

Durante la última Cumbre de Ministros de Clima, Energía y Ambiente del G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), en la ciudad japonesa de Sapporo la semana pasada, los líderes de las naciones industrializadas se comprometieron a acelerar la eliminación del consumo de combustibles fósiles que causa el cambio climático.

Fue la primera vez que se avanzaba en ese sentido, aunque quedó pendiente establecer un cronograma de reducción gradual, con fechas y pautas fijas establecidas para hacerlo.

El consenso logrado fue visto como “un paso potencial hacia un acuerdo global para que todos los países hagan lo mismo”. Sin embargo, la decisión recogió críticas por no tomar compromisos determinantes ni compromisos firmes en este campo.

Sin plazos

Pero el punto más cuestionado del acuerdo es que no hay fechas límites para frenar las nuevas inversiones en carbón. No es un dato menor, habida cuenta de la relativa vuelta atrás en las políticas de varios países europeos, incluida Alemania, por ejemplo, de volver a la quema de carbón, en medio de la escasez de gas natural ruso, justamente por las sanciones impuestas a ese país por Occidente.

Pese a ello, los ministros del G7 sí se comprometieron a trabajar para limpiar las emisiones de la generación de energía y reducir las emisiones de los vehículos para 2035.

Por el momento el resultado más concreto logrado es haber puesto nuevamente en agenda la necesidad de eliminar el uso de combustibles de origen fósil, para reducir los gases de efecto invernadero.

En ese sentido, el primer paso es constituir una suerte de guía para otros países, que podrían seguir sus pasos. Por lo pronto, los países del G7 buscarán avanzar en junio en un encuentro en Francia, en el que se discutirá el financiamiento a los países en desarrollo para avanzar en estos programas.

En septiembre habrá también una reunión en la India, autora de la propuesta de eliminar gradual y efectivamente el uso de combustibles fósiles, que fue presentada en 2022 durante la última Cumbre del Clima de las Naciones Unidas COP27 en Sharm el Sheij (Egipto).

El reciente acuerdo en el G7 y estos dos encuentros serán generadores de iniciativas concretas a discutirse durante la COP28, que tendrá lugar del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.

No hay plata

Uno de los aspectos más controversiales es el financiamiento, que los países ricos tienen que otorgar a naciones en desarrollo, para que se avance en la descarbonización de las matrices energéticas y la inversión en energías limpias.

De hecho, no se cumplió el compromiso de asignar fondos por US$100.000 millones al año, a partir de 2020, a los países más pobres para reducir las emisiones y avanzar en programas contra el cambio climático.

“Eso (el financiamiento) podría contribuir en gran medida a engrasar los patines para un acuerdo político sobre una transición controlada lejos de los combustibles fósiles”, señaló a la agencia Reuters Alden Meyer, Asociado Senior del grupo de expertos sobre clima E3G.
Por su parte, Gillian Nelson, directora de Políticas de We Mean Business, un organización sin fines de lucro enfocada en el sector empresarial y el medio ambiente, apuntó que los gobiernos del G7 gastaron aproximadamente US$33.000 millones en financiamiento internacional de combustibles fósiles, pero aclaró que ese monto podría ser reorientado y “liberar dinero privado” para financiar programas de energías limpias.