Tras criticar duramente los aumentos de combustible, echó al presidente de la empresa. El impacto en los mercados y los posibles cambios en la política energética.
El presidente de Brasil decidió intervenir la estatal Petrobras para controlar los aumentos de precios, un hecho bisagra que no solamente altera su política energética sino el rumbo completo de su gestión económica.
Presionado por el gremio de camioneros que, como anticipó EOL, venía amenazando con una huelga tan fuerte como la que paralizó el país vecino en mayo del 2018, Jair Bolsonaro despidió al presidente de la compañía Roberto Castello Branco, un liberal que respondía al ministro Paulo Guedes.
Lejos del discurso libre mercado del titular de Economía, Bolsonaro criticó los aumentos de combustible que acumulan más de un 30% en lo que va del 2021 y afirmó que la política de la empresa tenía un “sesgo” a favor de “algunos grupos”.
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“En estos dos meses vamos a estudiar una forma definitiva de buscar cero impuestos para compensar estos aumentos, en mi opinión excesivos”, señaló y cargó contra el ahora ex directivo de la petrolera por trabajar vía home office a raíz de la pandemia del coronavirus. “Eso es inadmisible. ¿Me imaginan trabajando desde casa por miedo a la COVID-19?. Puede que esté haciendo bien su trabajo, pero para mí no hay razón para dejar la empresa”, agregó.
En reemplazo de Castello Branco, asumirá el general Joaquim Silva e Luna, actual director de la hidroeléctrica Itaipú y miembro del ala militar del gobierno que está en las antípodas de Guedes en materia económica.
“La nueva agenda de Bolsonaro no es la agenda de reformas económicas de la Escuela de Chicago por la cual el mercado lo había apoyado. El mercado ha llegado a la conclusión de que es muy poco probable que esta agenda se vaya a cumplir. De hecho ya lo empiezan a llamar de ‘Dilmo’, por la similitud con la política energética intervensionista de la ex presidenta Rousseff”, señaló a EOL el analista político brasilero, Marco Bastos.
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Lógicamente, el impacto financiero no se hizo esperar. La acción de Petrobras se desplomó un 22% y acumula una pérdida bursátil de 17.000 millones de dólares desde el viernes. A su vez, el Bovespa cae más de un 5% y el riesgo país se eleva un 14%. Movimientos que cobran mayor envergadura al ver la positiva jornada en las principales plazas financieras del mundo y en especial para las petroleras que se ven beneficiadas por el nuevo aumento del barril.
Otro de los motivos que impulsaron este sendero bajista fueron las últimas declaraciones presidenciales sobre el porvenir en el sector eléctrico. Es que, además de regular las subas de naftas, Bolsonaro quiere congelar las tarifas de luz para mantenerse competitivo de cara a las elecciones del próximo año. “Vamos a meter el dedo en la energía eléctrica que es otro problema también. La semana que viene va a haber más cambios. Y conmigo los cambios no son de bagrecito, son de tiburón”, dijo.