
La arenera NRG de Allen, Río Negro, ha despedido a unos 230 trabajadores entre mayo y junio, dejando un panorama incierto sobre el futuro de la empresa. Según el delegado del sindicato AOMA, Kevin Muñoz, “se dice que esa arena ya no sirve y eso llevó a que las petroleras dejen de comprarla”.
El modelo de arena “de cercanía”, que hasta ahora beneficiaba a la compañía rionegrina, está en declive a medida que las empresas recurren a insumos importados de China, Estados Unidos y Brasil, así como también de Entre Ríos, como indicó el dirigente.
En un momento anterior, Vaca Muerta dependía de arenas de sílice traídas de Estados Unidos y Brasil, a un precio aproximado de $1000 por tonelada.
El plan de reestructuración implementado desde el año pasado, que alegaba razones financieras, resultó en desvinculaciones laborales y la liquidación de sueldos en tres cuotas, que se abonarían en julio, agosto y septiembre.
La planta de Allen, que alguna vez contó con más de mil trabajadores, ha visto una reducción en su plantilla de forma continua, y en la sección de canteras se produjeron los despidos de unas 20 personas. “Es la tercera vez que cierran el sector de cantera”, denunció Muñoz.
Hace dos años, un conflicto similar llevó a la cesantía de 180 trabajadores, aunque en ese caso se habían habilitado medidas de reubicación en otras empresas del sector.
El director de estrategia de NRG Argentina, Damián Strier, señalaba en una conferencia hace dos años que las compañías habían aumentado considerablemente su actividad, pasando de realizar 2 punciones diarias al inicio de la explotación no convencional, a alcanzar un estándar de 10 fracturas por día.



























