La subsidiaria Siat del Grupo Techint fue la única oferente en la licitación de este jueves. Ieasa daría el visto bueno en abril para comenzar la construcción lo antes posible.
Paolo Rocca está a un paso de cumplir un objetivo que se trazó desde el 2018: quedarse con la mayor obra de transporte energético de la Argentina de las últimas décadas. Este jueves se realizó la apertura de sobres para la licitación del llamado “Gasoducto Néstor Kirchner” y la subsidiaria Siat del Grupo Techint fue la única oferente para proveer los caños.
Con una propuesta de 392 millones de dólares para los caños de 36 pulgadas con espesor de 12.7 mm, 7,3 millones para los de 19.1 mm y 7,9 millones para los más finos de 10 mm, el holding de Rocca tiene todo dado para lograr el visto bueno de Ieasa y comenzar la construcción a mediados de año.
Se trata de una meta que el Grupo Techint empezó a delinear ni bien el gobierno de Mauricio Macri comenzó a proponer un nuevo ducto desde Neuquén a Buenos Aires cuando se hacía evidente la futura saturación del transporte, que hoy ya es una realidad por la demora en concretar la iniciativa.
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En ese entonces, la obra había conseguido financiamiento gracias al apoyo de Donald Trump a través de la OPIC, una agencia gubernamental de los Estados Unidos que ayuda al sector privado a invertir en mercados emergentes.
Curiosamente, el entonces CEO de la petrolera de Techint, Carlos Ormaechea, fue el único empresario que acudió a la presentación del acuerdo y además fue “testigo en la manifestación de intención” junto al Embajador de los Estados Unidos y los funcionarios de aquel momento Jorge Faurie y Javier Iguacel.
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La importancia para Rocca radica no sólo en la venta de los tubos sin costura -la especialidad de Techint- sino también en la necesidad de aumentar la capacidad de evacuación del gas de Vaca Muerta, lo que favorecerá sin dudas a su petrolera Tecpetrol que opera la joya gasífera de la formación no convencional neuquina, Fortín de Piedra.
Con el agravante de la crisis financiera del macrismo, la obra nunca llegó a ser licitada, pero el interés de Techint permaneció intacto y hasta se especuló con que podría servir como moneda de cambio del juicio que le hizo al Estado por el intempestivo recorte de subsidios de la Resolución 46 a comienzos del 2019.
Ahora, con la garantía de fondos confirmada, Techint volvió a la carga, pero con el temor de que la simpatía hacia China de un sector grande del gobierno termine perjudicándolo en la compulsa. Sorpresivamente, el gigante Gezhouba, el otro gran candidato que pujaba por quedarse con la construcción, eligió no participar a último momento, a pesar de que había comprado los pliegos.
