
Bolivia atraviesa otro periodo de desabastecimiento de combustibles que afecta a diversos sectores productivos y genera malestar social, justo antes del balotaje presidencial entre Jorge “Tuto” Quiroga, el candidato liberal de derecha, y Rodrigo Paz Pereira, el postulante de centro.
Las estaciones de servicio de todas las ciudades registran largas filas de vehículos, con tiempos de espera que superan las 24 horas en algunos casos.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) admitió que existe un retraso de entre cuatro y cinco días en las asignaciones, pero aseguró que se están realizando los pagos pendientes a las cisternas que se encuentran cargadas en las afueras de la refinería de Palmasola, en Santa Cruz de la Sierra, lo que permitirá acelerar el despacho de combustible a los surtidores. En medio de una creciente tensión por la escasez, transportistas de Cochabamba iniciaron este martes un bloqueo de rutas.
Por su parte, el ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, informó que si bien Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) está haciendo despachos al 100% de la demanda de gasolina, hay una autonomía de solo tres días. Según consignó Infobae, en el caso del diésel, el stock no permite cubrir la demanda ni para una jornada entera.
Gallardo señaló que semanalmente se requieren desembolsos de entre 55 y 60 millones de dólares, y que en las tres últimas semanas oscilaron entre 35 y 45 millones. “Eso nos genera el desabastecimiento que tenemos actualmente”, explicó en contacto con medios locales.
El impacto del desabastecimiento se extiende al sector industrial, que enfrenta dificultades para operar debido a la falta de combustible. La Cámara Nacional de Industrias (CNI) ha alertado que la producción de bienes esenciales como alimentos, bebidas y productos farmacéuticos está en riesgo, lo que podría afectar la seguridad alimentaria y sanitaria del país.