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Guyana, el país que crece a un ritmo del 53% en plena pandemia gracias a su petróleo offshore

El FMI estima en esa cifra el avance de la economía del pequeño país sudamericano para 2020. Posibilidades y desafíos que afronta de cara a un futuro que lo llama a reinventar su matriz productiva.

Las costas de Guyana suman un nuevo descubrimiento de petróleo y el área denominada Bloque Straboek ya cuenta con 17 hallazgos de recurso en el subsuelo del Mar Caribe. La petrolera estadounidense Hess Corporation así lo anunció y se estima que el recurso al día de hoy equivale a 8 mil millones de barriles de crudo.

El país del norte de Sudamérica, en el que viven casi 800.000 personas y existe como república desde 1970 tras independizarse de la colonia británica, comenzó a ver este año los primeros frutos de lo que muchos consideran un botín de lotería caído del cielo. Una nación joven que supo hacerse a fuerza de la actividad agrícola –ingenios azucareros– y la minería, y que hoy afronta uno de los índices de pobreza más altos del mundo.

Entre desigualdad, corrupción enquistada en el Estado y una particular variedad étnica en su población, el país tendrá entre manos un potencial inusitado de ingresos como resultado de la extracción offshore. Del total del reservorio que hay en el bloque, la compañía Exxon tiene una participación líder del 45%, mientras que Hess Corporation y China National Offshore Oil Corporation se reparten la fracción restante.

En el inicio de 2020, el FMI proyectaba para la República Cooperativa de Guyana un crecimiento anual de un 86% pero, como es sabido, pasaron cosas. La pandemia lo complicó todo –el barril de crudo hoy está en torno a los 43 USD– la actividad petrolera no alcanza números que den cuenta de una recuperación en ciernes y así y todo el Fondo sigue estimando un crecimiento de 52,8% para el país.    

“El mayor problema es cuando tenés que administrar lo que no tenés. Indudablemente, Guyana va a tener una condición mucho mejor que antes. Son cambios de realidades y paradigmas de vida. Esto no significa que vaya a cambiar el país de la noche a la mañana”, dice Cristian Alonso Sisini, ingeniero industrial y consultor energético.

La posibilidad de desarrollo de la comunidad local, como resultado del nivel de producción de hidrocarburo que manejará el país en los próximos años, no deja de estar atada al modo en que el Estado administre los ingresos y la transparencia con que tome las decisiones.

A priori, entiende que la producción offshore no requiere demasiada infraestructura por parte del Estado, pero sí una conciencia del desafío que tiene por delante su dirigencia política: lograr que el tesoro descubierto involucre a las comunidades, generación e incentivo al empleo, introduzca avances reales en la calidad de vida de las personas y permita proyectar cambios en infraestructura comunitaria y servicios.

“La llegada de trabajadores de altos ingresos –agrega– trae a su vez consigo otro tipo de crecimiento, asociado como ser a servicios de mejor nivel ya sean médicos, odontológicos, educativos, recreativos o de muy diferentes tipos”.

Sobre la formación en sí, Alonso Sisini dice que probablemente sea una continuidad de la formación de Trinidad y Tobago, uno de los diferentes horizontes de madurez de esa formación. En una primera fase, el país produciría “unos 120.000 bbl/d, más de 3.400 nuevos trabajos con una mano de obra local de unos 1.700 guyanos solo en 2020”. Este año, la producción inicia con una sola plataforma flotante de producción y almacenamiento, cantidad que se quintuplicaría para el 2025. Con ello, ciertas fuentes del sector estiman que es muy factible que para entonces el PBI de Guyana se haya quintuplicado.

En paralelo, con este descubrimiento se reactiva un conflicto con su vecino Venezuela, país con el que mantiene una disputa territorial desde hace muchos años, que derivó en una mediación de la ONU en 1962.

Al día de hoy, se sigue esperando el veredicto respecto a quién le pertenece la zona de El Esequibo, territorio de una superficie total de 159.500 kilómetros² y que hoy es parte de Guyana. Mientras tanto, el Gobierno de Nicolás Maduro ve pasar, tan cerca y tan lejos, cada hallazgo que tiene lugar en las costas del Esequibo.