En su discurso de apertura de sesiones ordinarias anunció que se utilizará como tope de aumentos la variación de los salarios, que en 2021 fue del 55%.
Apenas tres días después de que el ENRE oficializara los nuevos cuadros tarifarios para la factura de electricidad, Alberto Fernández da un giro completo en su política energética y reconoce que los aumentos podrían ser más del doble que lo anunciado.
En el tradicional discurso ante el Congreso por la apertura de sesiones ordinarias, el presidente informó que utilizarán la ley 27.443 votada durante el macrismo para utilizar el índice de variación salarial como tope de incrementos en las facturas.
De esta manera, de un ajuste del 22% como el que comunicó el ENRE o del 20% como detalló el Enargas, se podría pasar tranquilamente a una actualización del orden del 55% si se repite el mismo escenario del 2021 en materia de paritarias que, en realidad, se estima podría ser algo superior. En consecuencia, se aplicaría un nuevo incremento a mitad del año que, al menos, sería de la misma proporción a la que entró en vigencia desde este martes.
[El turno de la luz: la suba será del 22%, pero Edenor y Edesur sólo recibirán un 4%]
La decisión oficial se explica por la enorme presión del FMI y representa un desafío directo a todo el kirchnerismo que prometió una y otra vez mantener como tope de aumentos el famoso 20%.
La cuestión es que, desde que se realizaron aquellas promesas, los precios de los insumos energéticos a nivel mundial no pararon de subir -con el agravante de la guerra en Ucrania- lo que echa por tierra las previsiones fiscales en subsidios.
Si bien las cuentas se actualizan día a día por la gran volatilidad de los mercados, se calcula que las tarifas deberían incrementarse en torno al 100% para no demandar recursos adicionales al Tesoro.
Para compensar esa diferencia, se le cobrará tarifa plena al 10% de la población con mayores ingresos, en un plan de segmentación que todavía no fue confirmado. Hasta el momento, solamente se conoce una propuesta del ENRE para el AMBA que tan sólo permitiría ahorrar unos 200 millones de dólares.