Olas de calor, sequías y, por supuesto, el crecimiento poblacional son algunas de las consideraciones que los nuevos centros urbanos sustentables deben incluir.
Las ciudades del futuro, como se pensaban en el siglo pasado -con autos voladores, automatismo absoluto y paisajes lunares muy al estilo “Supersónicos”- han quedado relegados por urbes que se logren adaptar a los nuevos desafíos que implica el cambio climático.
Naciones Unidas (ONU), en su “Nueva Agenda Urbana”, plantea una dirección y estrategia para responder a la actual crisis. Sin embargo, hay una pregunta que permanece ¿Esta dirección es reproducible en todos los países del mundo?
“Si el desarrollo sostenible no comienza en las ciudades, simplemente no funcionará. Las ciudades tienen que marcar el rumbo”. Maurice Strong, el entonces presidente de la Cumbre de Río 1992 y uno de los fundadores del Club de Roma pensaba que los núcleos urbanos deben ser la punta de lanza del desarrollo sustentable.
Y tiene sentido, sobre todo cuando la mitad de la población mundial vive en entornos urbanos, siendo esta aproximación de unos 3500 millones de personas que han buscado, infructuosamente la mejora de vida en las ciudades, y la cifra aumentará en un 95% para 2030, según datos de Naciones Unidas.
“Las ciudades ocupan apenas el 3% de la superficie del planeta, su adecuada gestión es clave para el desarrollo sustentable, ya que representan entre el 60 % y 80 % del consumo de energía y el 75 % de las emisiones de carbono”.
Por otro lado, las condiciones climáticas han forzado a las sociedades del mundo a generar estrategias nuevas para planear los núcleos urbanos. Aquí es dónde surge la necesidad de pensar en ciudades sustentables.
Para la ONU, “son aquellas que logran la plena realización de los derechos de sus habitantes, incluyendo el acceso a la vivienda, el acceso al agua potable y saneamiento, la seguridad alimentaria, la salud, la educación, la infraestructura resiliente, la movilidad y el derecho al ambiente sano, para el desarrollo humano armonioso y respetuoso con la naturaleza que habita e integra”.
Según la Agenda 2030, una ciudad sustentable debe “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.
Para la ONU, hay cuatro objetivos que los gobiernos del mundo deben seguir para llegar a ser ciudades sustentables: Reducir la pobreza y la desigualdad espacial en zonas urbanas y rurales, prosperidad compartida, fortalecimiento de la acción climática y mejora del entorno urbano, y generar estrategias efectivas de respuesta y prevención de crisis urbanas.
Las tres más sustentables
Hay una clasificación establecida sobre ciudades que se consideran “las más sustentables”, según Arcadis (consultora internacional) estas son las primeras tres de la lista:
- Londres
La capital británica destaca por su alta puntuación en el bienestar de los ciudadanos (salud, educación, baja criminalidad), vida laboral (pocas desigualdades laborales y horarios que favorecen la conciliación) y la vida en la propia ciudad (accesibilidad al transporte y servicios de conectividad). Aunque en el aspecto medioambiental no está al nivel de los otros dos pilares, se mantiene en el cuartil superior, gracias a su trabajo con la calidad del aire y la gestión de residuos.
- Estocolmo
La ciudad más importante de Suecia lidera el ranking de la gestión medioambiental, gracias a su inversión en infraestructuras sostenibles, bajas emisiones y buena calidad del aire. Tanto Estocolmo como Frankfurt han sabido equilibrar el desarrollo económico con unos estándares ambientales exigentes que hacen que la calidad de vida de sus comunidades se sitúe entre las mejores del mundo.
- Edimburgo
La capital escocesa se posiciona a la cabeza en este subíndice debido también a una fuerza laboral con altos niveles educativos y de salud, una baja tasa de criminalidad y una igualdad salarial razonable. Edimburgo pertenece, según el estudio de Arcadis, al grupo de 35 ciudades que han incluido en el perfil de “innovadores equilibrados”.
¿Sustentabilidad en Argentina y América Latina?
Si uno analiza los tres primeros lugares, o se amplía a los diez, se percatará que ninguna de las ciudades nombradas se encuentra en la región latinoamericana. Es más, en el ranking propuesto por la consultora Arcadis, las principales capitales latinoamericanas se encuentran en los últimos puestos; la ciudad de Buenos Aires se encuentra en el 81.
Argentina se encuentra entre los países con mayor grado de urbanización: actualmente más del 90% de sus habitantes se concentra en las ciudades. La mayor parte de la población se concentra en el AMBA, zona de altísimo consumo energético y emisiones de gases de efecto invernadero. Hace unos días esta urbe llegó al récord de consumo de energía en el país aún considerando los cortes que la capital presentó.
Según el Banco Mundial, Argentina emite 3,99 toneladas por persona al año, superando a México y a Brasil, países que triplican y quintuplican a su población respectivamente. Si bien en el Plan de Políticas Ambientales del gobierno Nacional se considera la línea de las Naciones Unidas para el desarrollo sustentable, la generación de gases de efecto invernadero y la contaminación en el país ha ido al alza.
Para Michelle Fortanell, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los procesos de urbanización en la región se rodean de condiciones muy diferentes a las europeas y a las planteadas por Naciones Unidas. Con excepción de Costa Rica, la mayoría de los países en Latinoamérica tiene una poca o nula consideración del medio ambiente en su agenda.
Para Fortanell, la proyección de la ONU no consideraba la complejidad de variables que las ciudades de la región tienen. “… se deja únicamente a manos del Estado la creación de la sustentabilidad en las ciudades por medio de políticas públicas que involucren mejoras en la calidad del transporte, recolección de desechos, saneamiento, planificación y áreas verdes…”.
Agrega que, a esta consideración, generalmente las ciudades con mayor presupuesto se acercarán más a la sustentabilidad, e incluso la diferencia se marcará dentro de los diferentes sectores de las urbes.
En un reciente foro virtual de Naciones Unidas en Argentina, se planteó la necesidad de generar políticas localizadas que incluyan la participación ciudadana. “Un aspecto fundamental para cumplir con la premisa de no dejar a nadie atrás es asegurar la participación de las personas, principalmente de aquellas en situación de vulnerabilidad, en todas las instancias del desarrollo de las políticas públicas y los programas que puedan incidir en su vida”, dice el informe.
Los puntos sobre los que hubo más consenso a lo largo de todos los encuentros y en la encuesta virtual del foro fueron las siguientes:
i) considerar la brecha territorial y las desigualdades existentes en los distintos lugares del país en cuanto al acceso a derechos;
ii) ampliar las instancias de participación y diálogo entre la sociedad civil y el Estado;
iii) fomentar la articulación intergubernamental en todos los niveles de gobierno;
iv) hacer cumplir las normas existentes y monitorear la implementación del marco normativo; y
v) trabajar en forma integral y complementaria las dimensiones económica, social, ambiental y de gobernanza del Marco de Cooperación. Adriana Anzolín, directora de la organización Humedales en Red para EOL, comenta que hoy en día existen foros participativos para la toma de decisiones. Sin embargo, “la participación en estos foros no es vinculante, lo que puede anular cualquier sugerencia o comentario que podamos verter”.