Con un fuerte salto, el crudo alcanzó su mejor marca en seis años. El gas, en tanto, se mantuvo estancado, pero cumplió el objetivo de frenar el declino de los yacimientos iniciado en 2020.
Un gran diciembre le dio un cierre de año auspicioso al sector hidrocarburífero argentino. Tal como se preveía, los mejores resultados del 2021 se observaron en la ventana de petróleo con una producción que no sólo recuperó los niveles prepandemia sino que alcanzó su mejor marca en seis años.
El total producido fue de 29,75 millones de m3, lo que significa un salto del 6,4% respecto al fatídico 2020 en el que había caído un 5,28% y de esta forma había cortado el sendero alcista de 2018 y 2019.
Hasta este año, habían sido los únicos dos donde la producción de crudo había reportado crecimiento desde 1998, fecha en la que comenzó un declino ininterrumpido. Ahora, con el surgimiento de Vaca Muerta, la curva de aprendizaje realizada en el no convencional y la superación de la pandemia, están dadas las condiciones para continuar por este rumbo durante muchos años más.
[En 2021 se duplicó la cantidad de pozos perforados en Vaca Muerta]
Esto queda mucho más claro al separar el 2021 de manera semestral, ya que recién en la segunda parte del año la economía se pudo liberar totalmente del ancla que representó el coronavirus.
Mientras que en el primer semestre la producción fue de 14,3 millones de m3, en el segundo se incrementó hasta 15,43 millones y diciembre fue el mejor mes en nueve años. El gran aporte vino desde Vaca Muerta: Durante diciembre se produjeron 212.000 barriles diarios de petróleo no convencional (shale y tight), un 4% más que en noviembre y casi un 64% más en comparación con el mismo mes del año pasado.
“Le dimos reglas claras y previsibilidad a la actividad y mes a mes aumentó la producción. Esto nos permite generar más energía para acompañar el proceso de crecimiento que está viviendo Argentina”, celebró el secretario Darío Martínez.
[Producción y reservas de petróleo (2009-2020)]
El gas natural, por su parte, no alcanzó el mismo dinamismo. El 2021 cerró con un alza de apenas el 0,1%, lo que estaba previsto ya que el arrastre por la parálisis de los yacimientos había sido mucho más duro. De hecho, desde un primer momento, la meta del propio Plan Gas no fue lograr un crecimiento que se descontaba imposible, sino frenar el declino que en 2020 había llegado a un preocupante 8,62%.
Aquí también se observó una clara diferencia entre las dos mitades del año, lo que genera una lectura más optimista de cara el futuro. El primer semestre del 2021 presentó una caída interanual del 6,4%. En tanto, en el segundo se creció a un 6,77% interanual y a un 11,5% en comparación con los primeros seis meses del año.
En este caso, diciembre volvió a tener un lugar protagónico con la mayor producción en 13 años para este mes. Lógicamente, acá también hubo un aporte fundamental de Vaca Muerta, dado que el no convencional presentó un repunte del 43% interanual.