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Los detalles de la nueva adenda que reflota las represas de Santa Cruz

Luego del anuncio del embajador argentino en China, EOL accedió a la letra chica del contrato que estaría a punto de firmarse.
Telam.

La conflictiva obra de las represas hidroeléctricas de Santa Cruz estaría a punto de reflotarse. Tras varios meses de parálisis por el vencimiento del período de disponibilidad para ejecutar el crédito con China, sería inminente la firma de una nueva adenda que destrabe el financiamiento.

Así lo informó el embajador argentino en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, y si bien desde el gobierno califican de “apresurados” los dichos del diplomático, reconocieron a EOL que la negociación está prácticamente cerrada.

Sucede que ya en octubre IEASA había comunicado públicamente el “relanzamiento” de las centrales y finalmente la firma de la adenda se demoró más de lo previsto.

Ahora, a pesar de que todavía hay que esperar la confirmación oficial, todas las áreas coinciden en que se alcanzó un avance significativo en el diálogo con los chinos y que ya se resolvieron los principales diferendos. De hecho, la idea es que la firma se celebre en la gira de Alberto Fernández por China del próximo 4 de febrero.

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En diálogo con fuentes allegadas a las tratativas, este medio accedió a los principales lineamientos acordados. Lo más relevante es que el período de disponibilidad para ejecutar el crédito se extiende hasta 2026, fecha en la cual deberá finalizar la totalidad de la obra.

A pesar de que se contemplarán los costos adicionales provocados por los movimientos sísmicos que modificaron el diseño del proyecto, los chinos no aceptaron la elaboración de un nuevo contrato, sino que se firmará una adenda que mantenga las condiciones estipuladas en la estructura original.

De este modo, el repago -que comenzó en 2020 tras cinco años de gracia en los que se debería haber finalizado la obra- no se reperfila y se deberá continuar con el pago de cuotas semestrales en enero y julio de cada año durante la próxima década.

Lógicamente, esto constituye una desventaja respecto al proyecto original que contemplaba el repago con los propios beneficios que generarían las represas. Por el contrario, ahora se tendrán que afrontar esos vencimientos con recursos propios en un contexto financiero del país mucho más delicado al que existía en 2015.

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“Si lo cancelábamos y no lo ejecutábamos íbamos a tener un costo enorme. El acuerdo no es malo, pero ahora estamos pidiendo plata que vamos a tener que repagar en seis meses”, indicaron a EOL desde el gobierno.

La otra pata floja consiste en la incertidumbre que todavía existe respecto al costo final de la obra por el sismo que abrió una grieta de dos metros y obligó a una relocalización. Si todo sale bien, el sobrecosto podría acotarse en 300 o 400 millones de dólares, pero al no haber estudios de suelo, no se sabe si el suelo de la nueva ubicación podría presentar otras fallas.

La clave consiste en determinar cuánto hay que cavar para encontrar la tosca, que es la roca donde te apoyás para hacer la estructura de hormigón y, al desconocerse ese dato, queda demasiado abierto el costo de la obra. “El proyecto está un poco turbio, nadie quiere firmarlo”, indican desde el oficialismo, donde hay presiones para que Martín Guzmán se haga cargo de la rúbrica.