Su creación, traslado, utilización, procesamiento, clasificación, almacenamiento y destrucción tiene un altísimo gasto energético que se podría reducir drásticamente con la Iniciativa Dinero Digital que le presentó ADEBA al Gobierno. Cuáles son las principales medidas.

Argentina es uno de los países de mayor utilización de dinero físico del mundo. Se estima que mensualmente las empresas y personas retiran $ 1.500 mil millones en billetes por sucursales y cajeros automáticos. Una cifra similar se deposita todos los meses en los bancos del país. Es decir, todos los meses se “recircula” una masa gigantesca de billetes, lo que acarrea un elevado consumo energético.
La creación, traslado, utilización, procesamiento, clasificación, almacenamiento y destrucción del papel moneda tiene un elevado costo económico y conlleva una huella de carbono muy significativa que empieza a ser analizada en estos tiempos de transición energética y metas ambientales más estrictas para cumplir con el Acuerdo de París.
En este marco, la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) presentó este miércoles una propuesta que tiene por objeto promover la gradual sustitución del dinero en efectivo. La Iniciativa Dinero Digital contempla una serie de medidas para incentivar la digitalización.
En primer lugar, plantea reducir el “impuesto al cheque” del 0,6% al 0,3% para las operaciones digitales menores al millón de pesos y bajar un 0,1% las percepciones y retenciones de Ingresos Brutos, IVA y Ganancias sobre tarjetas de débito y crédito, para que su utilización no signifique una pérdida tan grande como en la actualidad.
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Por otro lado, al igual que sucede para beneficiar a algunos de los sectores más vulnerables de la sociedad, estipula la devolución del IVA para todos los pagos con tarjeta de débito por hasta un millón de pesos al mes. De esta manera, se estimularía el uso del débito, aumentaría la formalización de la economía y amortiguaría el impacto fiscal de la medida.
En tercer lugar, busca limitar la gratuidad de los depósitos en efectivo solo a operaciones de hasta un millón de pesos y limitar la gratuidad de las extracciones en hasta 150 mil pesos. Así, más del 90% de ambas operaciones seguirían siendo gratis, pero lograría solucionar el 90% y el 35% de los volúmenes, respectivamente, al atacar los movimientos más significativos del mercado que todavía usan efectivo.
La iniciativa de ADEBA también propone ampliar el alcance de los medios de pago a través del QR interoperable actual a pagos con Tarjetas de Crédito en 1 pago, en cuotas o Planes Ahora y Tarjeta de Débito.
En cuanto a los pagos a personas con asistencia social, lo que representa uno de los gastos más significativos del Estado, busca acotar a un 20% la posibilidad de extracción en efectivo para que el grueso de los consumos de los beneficiarios se realicen de modo digital.
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Otras medidas no menos relevantes consisten en digitalizar en un 100% el pago de tasas municipales, pago de transporte, servicios públicos, escrituras inmobiliarias, alquileres, expensas, sentencias judiciales y trabajadores de casas particulares. En tanto, se acotaría a 5 mil pesos la posibilidad de pagar en efectivo tres de los mayores rubros que engloban el consumo de la sociedad: los supermercados, los centros de pagos y las estaciones de servicios.
Desde ADEBA confían en que el grado de desarrollo de la infraestructura tecnológica de los bancos y otros proveedores de servicios financieros, el avance en la digitalización de las transacciones financieras de los últimos tres años, la masividad de las cuentas bancarias (más del 90% de la población adulta tiene al menos una cuenta bancaria) y la demanda del público de servicios digitales, son algunas de las condiciones objetivas que auguran una exitosa implementación de este plan y una rápida digitalización a futuro.
No obstante, la Asociación es consiente que muchas de las transacciones diarias seguirán efectuándose en dinero físico, por lo que, con una inflación al alza que cada mes destruye un poco más el valor de cada billete, piden al Banco Central que revea su negativa a lanzar billetes de mayor denominación.
“La inflación de los últimos cuatro años ha hecho que aumente la cantidad de dinero nominal para las transacciones. Ello ha determinado que circule una mayor cantidad de billetes en la economía, aumentando los costos de impresión, transporte, administración, gestión y destrucción del efectivo”, sostienen.