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El litio podría ser el gran beneficiado del ingreso argentino a la Ruta de la Seda

Solo tres proyectos de empresas chinas para la producción de carbonato de litio prevén alcanzar en poco tiempo la mitad de la producción global prevista para 2022.
Litio

El principal proyecto de la nueva Ruta y Franja de la Seda China (Belt and Road Initiative- BRI, según la sigla en inglés) para América Latina no se encuentra ni en Chile, Argentina o Colombia. Está en Nicaragua y es la apertura de un canal interoceánico de 280 kilómetros de longitud. Diseñado geopolíticamente a la manera de los antiguos imperios, rutas, ferrocarriles e inversiones de empresas privada confluyen para garantizar al gigante asiático la provisión de materias primas para liderar la transición energética. Con este objetivo, solo tres proyectos de empresas chinas para la producción de carbonato de litio prevén alcanzar en poco tiempo la mitad de la producción global prevista para 2022. Y para lograr que el litio llegue a puertos chinos, la inversión en infraestructura y transporte son los sostenes internos.

Según un informe de la OCDE, China prevé la inversión de un billón de dólares en infraestructura en el extranjero durante 10 años, en los países que forman parte de la Ruta de la Seda y Franja de la Seda. En un mundo en donde las inversiones en infraestructura son deficitarias y donde la brecha entre la necesidad y la inversión llegará a 5 billones de dólares para 2030, la estrategia china tiene que ver con establecer un liderazgo que le permita garantizarse de materias primas a bajo costo.

Para eso, desde hace más de una década está detrás del proyecto de construcción un canal interoceánico que compita con el Canal de Panamá. En 2013, el gobierno nicaragüense de Daniel Ortega firmó un acuerdo con la china HK Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited (HKND Group), una empresa creada a medida por el multimillonario Jing Wang. La idea tiene unos 270 kilómetros de extensión y requeriría una inversión de unos 40.000 millones de dólares. En 2021, Estados Unidos sancionó a integrantes del gobierno nicaragüense. Los acusaba de lavar dinero a través de las supuestas inversiones en el canal. Al otro lado, el 31 de diciembre pasado, China reabrió su sede diplomática en Managua. Y el 13 de enero firmó  un memorando de cooperación por la Ruta de la Seda.

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La página oficial del BRI informa sobre diferentes proyectos en Argentina relacionados con los alimentos, el transporte, las comunicaciones y la energía. En su sección de noticias informa que el 9 de octubre de 2021 que el gigante minero chino Zijin Mining Group Co., Ltd. acordó comprar Neo Lithium Corp, una empresa minera con sede en Canadá. Los chinos pagaron 960 millones de dólares canadienses, en efectivo. El acuerdo dice que “Zijin se compromete a retener al equipo profesional y de gestión actual en LIEX SA, la subsidiaria operativa local de Neo Lithium, así como a contribuir al desarrollo económico y social de la provincia de Catamarca, Argentina, a medida que avanza para avanzar en el desarrollo del proyecto Tres Quebradas”.

Según su web, Liex es una empresa argentina. El CEO Neo Lithium, la empresa con sede en Canadá, era un ex Barrick Gold: Waldo Pérez, geólogo formado en la Universidad de Tucumán que, además, lidera Lithium Américas, empresa de capitales norteamericanos cuya subsidiaria en Argentina es Minera Exar, socia de Jujuy Energía y Minería Sociedad del  Estado (JEMSE), empresa provincial que desarrolla otro megaemprendimiento de litio: Caucharí -Olaroz.

Caucharí es también un proyecto de producción de energía solar ubicado a  4000 metros sobre el nivel del mar. En abril, el gobierno jujeño firmó un acuerdo con Power China y Shanghai Eléctric para la ampliación de las instalaciones a 500 MW con una inversión de entre 160 y 200 millones de dólares que lo colocarán como el parque fotovoltaico más grande de Latinoamérica. El 85% del capital llegará a través del EximBank chino. En el desierto, los  gigantes globales tienen políticas colaborativas.

En Salta, el litio también se mueve al ritmo de capitales chinos. Ganfeng Lithium, una de las principales productoras mundiales, comunicó en 2021 que producirá carbonato de litio en el Parque Industrial de la ciudad de Güemes. La extracción se hará en el Salar de Llullaillaco, para lo que se prevé también la instalación de un parque fotovoltaico de 120 MW.

Además, Tibet Summit Resources explora desde hace un tiempo el Salar de Diablillos. Adquirió el proyecto a otra minera con asiento en Canadá e inversiones en Argentina: Lithium X Energy.

Solo en los primeros años de producción, los tres proyectos ahora liderados por capitales chinos prevén unas 25.000 toneladas anuales de carbonato de litio, la mitad del total global esperada para 2022.

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Completando la idea de abastecer de materias primas relacionadas con el almacenamiento de energía y el transporte, empresas chinas y el gobierno nacional anunciaron en 2020 una inversión de 4500 millones de dólares destinados a mejorar la capacidad de cargas y remodelación de infraestructura de ferrocarriles del norte del país y la Patagonia. Las compañías inversoras son la China Railway Construction Corporation Limited (CRCC), China Machinery Engineering Corporation (CMEC), CRRC Corporation Limited, y Yutong.

Completando el entramado, la CCCC Shanghai Dredging Company compite en la licitación por el dragado de la Hidrovía Paraná Paraguay. La empresa estuvo a cargo del dragado del canal Martín García, el canal Norte y el  acceso a Puerto Buenos Aires.

Según la OCDE los proyectos de infraestructura china a nivel global requirieron una inversión de 814 mil millones de dólares entre 2005 y 2017. El 59% de ese total fue a parar a los países que formaban parte del BRI. El siguiente destino medido en magnitud fue el África subsahariana con 170,7 mil millones. Luego América Latina con 63,4 mil millones de dólares. La reciente incorporación de la Argentina al proyecto Ruta y Franja de la Seda no es un simple cambio de estatus. Sino la integración a un proyecto global que incluye 100 países, donde la transición energética es un elemento central. Una ruta del litio que comienza en los salares andinos y culmina en Shanghái o Pekin.