En junio, la actualización de sus precios llegará al 18%. A partir de ese mes, no realizaría más incrementos en 2021.
Tal cual lo había anunciado YPF, la madrugada del martes registró un aumento del 7% del precio de la nafta y el gasoil, promedio en todo el país. Como es habitual, el resto de las petroleras actualizarán sus precios de la misma manera.
Según indicaron desde la petrolera, el objetivo es “seguir achicando las brechas de precios entre provincias, los combustibles aumentaron un 7,9% promedio en CABA y un 6,5% promedio en el NOA”.
De esta manera, ya se concretó el primero de los tres incrementos que experimentará el surtidor desde la fecha hasta junio. De acuerdo a lo que informaron Pablo González, presidente de YPF, y Sergio Affronti, CEO de la compañía, el precio habrá escalado un 18% –carga tributaria incluida– a mitad de año. A partir de junio y por lo que restará del año, YPF no realizaría más incrementos.
Ya son ocho los meses consecutivos en que el precio de la nafta registró un incremento. Desde agosto del año pasado, cuando dejó de regir el congelamiento de precios, el aumento ronda los 35% a nivel país.
Días atrás, Pablo González aseguró que lo que la compañía de bandera espera recaudar con este ajuste se destinará a la producción que se enmarca en un plan de inversiones de 2700 millones de dólares para este año. Y aclaró que “si las elecciones fueran en abril lo hubiéramos hecho igual”.
Como explicaba EOL la semana pasada, a diferencia de los anteriores incrementos, éste responde pura y exclusivamente a una previsión de la recaudación que YPF considera que debe tener de cara a cumplir con su producción anual.
A su vez, al calendario electoral de este año se suma que, días antes en una entrevista, Alberto Fernández había señalado que buscaría corregir la modalidad “por goteo” de las subas de la nafta.
Al margen del alza que mantiene el Brent en los últimos meses, y de la actualización de los precios de los biocombustibles, uno de los principales argumentos del incremento de las petroleras es el de la repetida actualización del Impuesto al Combustible Líquido (ILC), es decir, el aumento de los costos.
En ese sentido, algunas versiones sostienen que, en el proyecto de la Ley de Vaca Muerta próxima a presentarse, para el incentivo de la producción hidrocarburífera, uno de los cambios que se introduciría es el de quitar la suba periódica de este tributo a las petroleras.
