El gremialista pidió recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y llamó a una nueva negociación. Las empresas, sorprendidas, confían en que el Gobierno desestimará el pedido.
Cuando las diferencias entre el mayor gremio de petroleros del país y las compañías en torno a salarios y condiciones de trabajo parecían una cuestión saldada, un nuevo episodio de conflicto parece estar en puerta dentro del sector.
Guillermo Pereyra, secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y la Pampa pidió al ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni, “la apertura urgente de las paritarias 2020, a los efectos de actualizar los salarios”. Habló de una “galopante inflación” e insistió en la “ausencia de este mecanismo legal durante este año”, lo que generó sorpresa del lado empresarial, quienes entienden que el reclamo del gremio no tiene asidero.
Según lo acordado entre el sindicato e YPF hace poco más de un mes, el comunicado por aquel entonces estipulaba el “pago mensual, a partir del septiembre de 2020, de una suma no remunerativa equivalente al 16,2%, calculada sobre los salarios vigentes a marzo de 2019”. Además, se había acordado “un pago único, no remunerativo, extraordinario de $60.000, que se abonará con la liquidación de los haberes correspondientes a los meses de noviembre de 2020 y febrero de 2021”.
Precisamente, de este último punto parece aferrarse el referente sindical para decir que ese pago extraordinario se trata de un bono y no de un acuerdo de paritarias. “Los salarios cayeron a niveles jamás imaginados. Estamos trabajando en equipo para llegar a marzo con todos los compañeros trabajando”, señaló Pereyra.
Al margen, cuestionó la aplicación de uno de los artículos del convenio por parte de las compañías, las cual, dijo, “hacen uso y abuso de este artículo, y lo siguen haciendo, por lo que advertimos. No lo pueden hacer en forma unilateral. Los períodos de suspensión deben ser aprobados y suscriptos por los trabajadores en donde deben constar los días de suspensión y la forma de rotar”.
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A su vez, hizo referencia al acuerdo de sustentabilidad y empleo que, según indica, fue firmado en un contexto en el que estaba “toda la actividad parada y con los trabajadores en la casa sin poder reincorporarse”. El objetivo de ese acuerdo era el de “empezar a mover la actividad”. Indicó Pereyra. El escenario hoy es diferente, entiende él: “Se está moviendo la actividad”.
En ese sentido, los últimos tres meses atestiguan aunque sea un mínimo rebrote de la actividad en la que la compañía de bandera pude generar un salto considerable en la realización de etapas de fractura en Vaca Muerta, además de achicar sus pérdidas en comparación con las de un segundo trimestre para el olvido.
Antes de octubre, el conflicto había escalado de tal manera que el Ministerio de Trabajo tomó la decisión de dictar la Conciliación Obligatoria, a partir de la cual, luego de varias audiencias, si llegó a un acuerdo. A sabiendas de que el Gobierno intervino en el conflicto salarial entre ambas partes, hoy el sector empresarial entiende que Moroni no le dará lugar al pedido de Pereyra.
Interna gremial
Por otra parte, el titular del sindicato se refirió a la interna que se vive en el seno del gremio que comanda: “esto es aprovechado por algunos intereses mezquinos. Hay compañeros que están haciendo campaña para posibles elecciones en el sindicato”.
Pereyra subrayó que “no hay elecciones en el sindicato. Pero no hay porque lo dispongamos nosotros, sino que están todos los mandatos prorrogados por el Poder Ejecutivo nacional. No se sabe si van a ser en 2021, 2022 o 2023. No depende de nosotros”.