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Béliz avanza con un plan para desarrollar el hidrógeno y exportar USD 15 mil millones al año

El funcionario organizó un foro con los principales expertos del país para terminar de definir una estrategia productiva. El potencial del país y las expectativas a futuro.
Fuente: Télam.

Con un ojo puesto en el peso que gana en el plano internacional, el Gobierno acelera un plan para desarrollar el hidrógeno y aspira a que el país pueda convertirse en un gran exportador con unos 15.000 millones de dólares al año para el 2050.

“Aspiramos a que en el próximo semestre tengamos la estrategia nacional acordada, consensuada y puesta en marcha en la República Argentina”, dijo Gustavo Béliz, presidente del Consejo Económico y Social y encargado de fijar la hoja de ruta nacional en torno al hidrógeno.

Por otra parte, Daniel Schteingart, director del Centro de Estudios para la Producción, anticipó que, para el 2050, el Gobierno aspira a generar un complejo exportador equivalente a lo que fue el sojero el año pasado y 50 mil puestos de trabajo, si se logra desarrollar la cadena de proveedores. A modo de paralelismo, los gobiernos de Macri y Alberto Fernández estimaron que Vaca Muerta -para un nivel de exportación similar- podría generar 500 mil puestos de trabajo, lo que al día de hoy no llega a un 10% de ese número.

En una jornada de la que participaron varios actores vinculados al sector productivo y científico, la gran mayoría de los panelistas coincidieron en la oportunidad que significa para la Argentina su recurso solar y eólico en vistas a la producción de las distintas variantes del hidrógeno. Asimismo, funcionarios como actores privados enfatizaron en la necesidad de que exista un marco normativo y una articulación entre el Estado y el sector privado que sea la base para el crecimiento de esta producción a nivel nacional.   

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Schteingart también señaló que “desde el Ministerio de Desarrollo Productivo creemos que es totalmente factible que Argentina se inserte en la cadena del hidrógeno”, al mismo tiempo que enfatizó la potencialidad estratégica que tiene el hidrógeno respecto a seis problemáticos o desafíos que atraviesan el presente argentino: necesidad de divisas, generación de empleo de calidad, desarrollo territorial –hoy  desbalanceado en término de federalismo– desarrollo tecnológico, reducción de brechas de género y desarrollo ambiental. “El hidrógeno es estratégico en cada uno de estos ejes”, agregó.

“La potencialidad de recursos, en términos de energías renovables para poder generar hidrógeno, es enorme”, dijo Santiago Sajaroff, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables, quien también remarcó que uno de los mayores puntos que deberá atender el país es ver de qué modo cómo tener costos que le permitan ser competitivo en el plano internacional.

El hidrógeno, como insumo para otras industrias, así como el desafío de transformarlo en vector energético, no es una novedad en Argentina, ya que desde hace por lo menos veinte años hay académicos abocados a su estudio. En 2006, se aprobó la ley de 26.123 de promoción a la producción de hidrógeno que, quince años después, nunca fue reglamentada. Hoy, el Gobierno parece haber escuchado a aquellas voces que quieren impulsarlo en el país desde hace años y que lo consideraban un tema cajoneado dentro de la materia energética.

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Uno de los aspectos fundamentales que debe abordar este plan estratégico, según Javier Papa, subsecretario de Planeamiento Energético, es el elaborar las primeras estadísticas oficiales que puedan servir de insumo para las proyecciones que se van a hacer a futuro dentro del sector. Además, aseguró que el Gobierno entiende que el hidrógeno es “un vector clave para que en Argentina tengamos una transición energética justa, inclusiva, dinámica, estable, federal y, sobre todo, sustentable”.

Por su parte, Joerg Husar, manager del Programa de América Latina en la Agencia Internacional de Energía, fue uno de los expositores que aportó una mirada más global entorno al tema y recayó en la importancia de una “descarbonización de la demanda” para que la producción se pueda ver incrementada, así como la reducción de riesgos de inversión. Respecto al caso particular argentino, Husar destacó que, teniendo en cuenta que aún hay mucho terreno por desarrollar en materia de tecnología, la Argentina cuenta con una virtud: “un sector científico establecido y mano de obra muy calificada, lo que, en el hidrógeno, para muchos países, es un reto”.

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A propósito de la demanda de este gas, particularmente en su variante verde, Alejandro Gesino, del Instituto alemán Fraunhofer, distinguió que “la diferencia entre este momento y todos los momentos anteriores es que existe una demanda concreta del mundo en general respecto de grandes volúmenes de hidrógeno a precio de economía de escala”.

A esto agregó que, en consecuencia, “únicamente determinadas regiones del mundo están en condiciones de ofrecer volúmenes en una economía de escala tal que permita tener precios competitivos, y nuestro país es la única región del mundo debajo del paralelo sur 42 que tiene grandes extensiones de tierra con viento y agua sin intervención humana que permite a los demás países pensar en abastecerse con nuestro hidrógeno”. De cualquier modo, insistió en que antes de pensar en un escenario de exportación, antes que hay que desarrollar un mercado interno.

Finalmente, el presidente Alberto Fernández estuvo a cargo del cierre del evento, en el que hizo hincapié en el “amplio potencial económico y ambiental” del hidrógeno para nuestro país. “Acá se está definiendo una autentica política de mediano y largo plazo”, concluyó y pidió la unidad del arco político para la elaboración de una normativa.