Advierten sobre un escenario irreversible de incremento de la temperatura a raíz de los gases de efecto invernadero. Inundaciones, sequías y otros fenómenos climáticos se volverán más frecuentes.
“A menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala, limitar el calentamiento a cerca de 1,5 ºC o incluso a 2 ºC será un objetivo inalcanzable”, asegura un informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y las miradas se posan con cada vez mayor peso en los combustibles fósiles.
Según este grupo de expertos, muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años, y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios.
La reducción marcada y sostenida en la emisión de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, indica el informe, “beneficiará la calidad del aire en forma rápida, mientras que llevará entre 20 y 30 años ver que la temperatura global se estabilice”.
Este grupo integrado por 234 científicos de 66 países, sumado a las nuevas estimaciones sobre las probabilidades de sobrepasar el nivel de calentamiento global de 1,5 ºC en las próximas décadas, señalaron que el rol del ser humano en el escenario actual es indiscutible y las medidas que tengan como norte la carbono neutralidad deben acelerarse.
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También, remarcaron que muchos efetos del cambio climático ya ser perciben y se verán agravados, como el aumento de las olas de calor –que en 2021 hicieron estragos particularmente en Norteamérica–, la extensión de las estaciones cálidas y se acortarán las estaciones frías, “mientras que con un calentamiento global de 2 °C, los episodios de calor extremo alcanzarían con mayor frecuencia umbrales de tolerancia críticos para la agricultura y la salud”.
“Este informe es una constatación de la realidad”, dijo la Copresidenta del Grupo de Trabajo I del IPCC, Valérie Masson-Delmotte. “Ahora tenemos una visión mucho más clara del clima pasado, presente y futuro, lo que es fundamental para entender hacia dónde nos dirigimos, qué se puede hacer y cómo podemos prepararnos”, agregó.
La actualidad marca la mayor concentración de CO2 en la atmósfera en los últimos dos millones de años. Otros dos gases como el metano y óxido nitroso no encontraban niveles tan altos como los actuales en los últimos 800 mil años.
Producto del calentamiento global, los efectos que se registrarán en distintas regiones del mundo se verán intensificados como, por ejemplo, en el ciclo hidrológico, lo que conllevará una mayor intensidad de las precipitaciones y las inundaciones asociadas, así como sequías más intensas. En las latitudes altas, se espera que aumenten las precipitaciones, mientras que, en contraste, se prevé una disminución de las mismas en gran parte de las regiones subtropicales.
Entre otros de las varias consecuencias sobre las que advierte el informe, también se destaca el que se amplificará el deshielo del permafrost, así como la pérdida de la capa de nieve estacional, el derretimiento de los glaciares y los mantos de hielo, y la pérdida del hielo marino del Ártico en verano.
En marzo pasado, la ONU ya había indicado el déficit preocupante en cuanto a las contribuciones hechas por los países comprometidos con el Acuerdo de París firmado en 2015. “Solo 2 de los 18 mayores emisores, la UE y Reino Unido han actualizado su compromiso de contribución en 2020 con un fuerte incremento en sus objetivos de reducción. Otros de los mayores emisores han presentado compromisos con incrementos mucho más bajos o no los han presentado todavía”, señalaba el diagnóstico hecho por Naciones Unidas, en el que dejó expuesto una falta de compromiso por parte de China y Estados Unidos, los dos principales contaminantes en la actualidad.