La distribuidora eléctrica dio a conocer el balance de los primeros tres trimestres en el que tuvo pérdidas millonarias. Reclama un marco regulatorio acorde para garantizar el abastecimiento de electricidad.
Con una fuerte crítica a las políticas del Gobierno y el urgente pedido de “soluciones regulatorias”, la gerencia de Edesur informó que, entre enero y septiembre de 2020, registró pérdidas de $3.509 millones, lo que atribuye al congelamiento tarifario y la imposibilidad de cortar el servicio decretada por Alberto Fernández durante la pandemia.
Al dar a conocer los números de la distribuidora eléctrica, Nicola Melchiotti, Country Manager de Enel en Argentina, dijo que “el sector eléctrico se encuentra en una situación crítica y necesita con urgencia soluciones regulatorias que permitan sostener un servicio esencial en periodo de pandemia. Sin tarifa, sin subsidio y sin reglas no se pueden hacer milagros”.
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Según informa su balance, los ingresos disminuyeron un 26% en los primeros nueve meses del año respecto del mismo período del 2019. Al mismo tiempo, las inversiones realizadas hasta septiembre fueron de $6.216 millones, lo que representa una baja de un 44% en el interanual, ya que esa cifra había alcanzado los $11.053 en el mismo período.
“Como en los últimos 10 años, Edesur sigue sin distribuir dividendos y reinvierte la totalidad los recursos disponibles”, agrega el documento.
A su vez, la empresa señala que la baja en este período “se explica fundamentalmente por la pérdida operativa registrada y por una menor ganancia por ajuste por inflación, parcialmente compensada por menores costos financieros y por un menor cargo por impuesto a las ganancias”.
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El contraste con las ganancias percibidas el año pasado resulta notorio. Para septiembre de 2019, Edesur había tenido ganancias por $14.914 millones, en un contexto de ajuste tarifario del gobierno anterior. Precisamente, en esta diferencia se ampara el gobierno actual para tomar con pinzas la gravedad de la situación económica de la empresa distribuidora.
Por otra parte, la multinacional Enel –que también tiene actividad en países como Chile, Perú y Colombia– es dueña de la central termoeléctrica Generación Costanera S.A., cuyo resultado operativo cayó un 57% en el acumulado de los primeros tres trimestres del año.
“Los cambios normativos de 2020 –señala la empresa– han afectado fuertemente los recursos financieros de Costanera. Nuestra empresa de generación es una pieza fundamental para garantizar el abastecimiento de energía en AMBA. Esperamos poder reestablecer un marco regulatorio que nos permita garantizar esta función esencial para el mediano y largo plazo”.
