En una peligrosa jugada, el plan del secretario para gastar menos dólares depende de que no haya bajas temperaturas y que se mantengan las lluvias en el NEA.
El último intento fallido de compra de barcos de GNL modificó por completo el plan abastecimiento energético para este invierno, que pasó a depender de la suerte meteorológica.
Con precios del gas licuado que superaron los 50 dólares y siguieron aumentando hasta un récord histórico por el recorte de flujos de Rusia a Alemania, la secretaría de Energía declaró desierta la licitación y empezó a hacer cálculos para ver hasta cuándo alcanza la provisión de gas con los 41 buques ya comprados, de modo de no gastar más dólares en importaciones en este contexto tan complicado.
Luego de un comienzo de invierno sumamente frío, las temperaturas aumentaron notablemente durante julio y Darío Martínez confía en que seguirán de este modo por el resto de la temporada invernal para mantener bajo el consumo gasífero residencial.
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Desde Enarsa, encargada de las compras de GNL cuando la secretaría de Energía se lo ordena, confirmaron a EOL que “no hay ninguna licitación prevista por ahora” y allegados a Martínez indicaron que el gas comprado alcanza para toda la temporada, aunque sus voceros directos desistieron de responder.
Consultados por este medio, en Cammesa sostienen que la mayor oferta hidroeléctrica por una temporada de mejores lluvias y el acuerdo de importación de Brasil hace que se reduzcan las necesidades de gas, pero que todo dependerá de cómo sigan las lluvias y el frío.
En ese sentido, el pronóstico trimestral del Servicio Meteorológico Nacional anticipa un agosto y septiembre con precipitaciones inferiores a las normales en la mayoría del país. En tanto, su pronóstico de temperaturas es incierto, ya que en las regiones más pobladas muestra la misma probabilidad en las tres categorías posibles: que haga más frío que lo normal, menos o igual.
Por su parte, desde el sector privado no están tan seguros de los cálculos del secretario Martínez. Una de las transportistas gasíferas reveló a EOL que el gas comprado solamente alcanza con seguridad hasta el 15 de agosto y que luego dependerá de factores externos como los mencionados.
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“Hasta ahora llevan unos 41 cargamentos comprados y, según estimaciones, para tener buen abastecimiento de gas faltarían entre 10 y 15 cargamentos (supuesto de que compra cantidad similar a la de 2021)”, subrayó a este medio el economista del Instituto Mosconi, Julián Rojo.
Según el consultor Daniel Dreizzen, Director de Energía de Ecolatina, el faltante se debería poder cubrir con gasoil y fueloil “que están más baratos que el gas licuado, pero también es caro e importarlo tiene su costo”.
Rojo coincide, aunque remarca que la contrapartida es tener un abastecimiento menos robusto. “Yo creo que a esta altura deberían tener resuelto si compran GNL al precio que sea o si compran más gasoil para hacer un switch. Si no tienen eso resuelto a esta altura creo que se podría complicar”, agregó.
La optimista estrategia oficial quedo cristalizada en declaraciones del presidente del Banco Central, Miguel Pesce, quien anticipó que, tras dos meses con importaciones de energía en torno a los 2.000 millones de dólares, en agosto deberían caer a 1.600 millones y en septiembre a 900 millones.
En este contexto, el sector aguarda por las medidas que tomará el nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, quien encontrará en el área energética dos de los principales problemas macroeconómicos del país: la pérdida de superávit comercial por el salto de las importaciones energéticas y el altísimo gasto en subsidios tarifarios que lejos de reducirse, se seguirá espiralizando bajo este esquema elegido por Martín Guzmán y ahora implementado por Martínez.
