La medida se toma frente a un contexto crítico que promete agravarse en las próximas semanas. Se puso a disposición de la situación a todas las áreas del gabinete.
Por un término de 180 días, Alberto Fernández declaró el “Estado de Emergencia Hídrica” en la región de la cuenca del Paraná que afecta a las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, en el marco de una bajante que no se registraba desde 1944.
La situación del Paraná ubica en una situación de riesgo a industrias, suministros energéticos y el consumo mismo del agua a nivel hogareño. Ya la semana pasada, el Gobierno había pedido explícitamente a las provincias que racionaran el consumo del agua en dichas jurisdicciones. Vía decreto publicado en el Boletín Oficial, el Gobierno declara la situación de emergencia y busca tomar cartas en el asunto mediante un trabajo en conjunto entre los distintos ministerios.
Bajo la indicación del Ejecutivo, la Secretaría de Energía deberá asegurar “el normal abastecimiento de la demanda de energía eléctrica, pudiendo para ello disponer los actos y acciones necesarias para procurar el abastecimiento de los recursos primarios críticos, como los combustibles, ante la potencial pérdida de oferta de generación eléctrica por la afectación de la bajante extraordinaria del río”. De este modo, se le da el aval al área que encabeza Darío Martínez de “recurrir a fuentes alternativas de oferta como importación de energía eléctrica y/o combustibles”.
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Precisamente, este es uno de los puntos que más remarcaron los analistas consultados por EOL respecto a las posibles consecuencias de esta bajante histórica en materia energética. El hincapié no se hace tanto en la posibilidad de un suministro eléctrico cercenado, sino más bien en la necesidad de que la industria se valga de más combustibles líquidos como gasoil y fueloil para la generación, frente a la escasez de agua.
Los ministerios de Desarrollo Productivo y de Trabajo llevarán adelante acciones para la preservación de la actividad productiva que se vale del río y los puestos de trabajo. Obras Públicas será el área encargada de realizar las obras de infraestructura requeridas. A su vez, el Ministerio de Seguridad, a través del Sistema Nacional de Alerta Temprana y Monitoreo de Emergencias (SINAME), planificará las medidas de apoyo y toma de decisiones, al mismo tiempo que asistirá a las poblaciones ribereñas.
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La cartera de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que tiene a Juan Cabandié como titular, será el que busque prevenir incendios “en las zonas de islas y márgenes mientras dure la emergencia”. Mientras que a esto se suma la suspensión de “trámites administrativos vinculados con las áreas alcanzadas”.
En parte, el fenómeno encuentra origen en la marcada sequía que está atravesando particularmente el sur de Brasil y los expertos aseguran que sería de esperar que no haya cambios para mejor en la situación ya que no se espera un caudal de precipitaciones considerable hasta fines de septiembre o inicios de octubre.
Esto, a su vez, a partir del reclamo fundamentalmente de grupos ambientalistas, volvió a poner sobre la mesa la problemática de la preservación de los humedales en el país, de suma importancia en la conservación de la biodiversidad.