El ente quiere aprovechar la infraestructura existente de GNC para poder abastecer camiones y buses en las rutas de mayor circulación.

Cuando la salida exportadora del gas de Vaca Muerta ya no parece una alternativa tan factible a corto plazo, el Enargas toma el ejemplo de los “corredores azules” europeos para proponer una gasificación del transporte pesado que le otorgue una demanda más robusta a la producción del fluido local.
“La abundancia de gas natural producida en Argentina podría favorecer la sustitución de hidrocarburos líquidos importados, por gas natural (en sus formas de GNC o GNL) en su uso como combustible vehicular, en transporte, y así mejorar significativamente el saldo de la balanza comercial de energéticos”, señalan en un documento oficial en referencia a la posibilidad de reducir las compras externas de gasoil.
El ente, por su parte, remarca la necesidad de construir una demanda al gas no convencional que posee Vaca Muerta, una posición que desde hace tiempo sostiene su interventor Federico Bernal a diferencia de otros integrantes de la coalición gubernamental que se inclinan por la conquista de mercados externos.
En ese sentido, el gas natural vehicular presenta una demanda constante, sin estacionalidad y resulta más rentable en relación a otros combustibles líquidos, como es el caso del diésel, aquel que más suele usar el transporte pesado local y que sería una de las fuentes principales de emisión de gases de efecto invernadero.
Se estima que, en la actualidad, entre un 30% y un 40% de la producción de petróleo a nivel mundial se utiliza para el transporte, y que el 23% de las emisiones de gases contaminantes corresponden a este sector.

Es por eso que la Unión Europea se inclinó por este ambicioso programa que instaló una red de 3.631 estaciones de GNC y 201 estaciones de GNL para camiones a lo largo de una serie de rutas estratégicas que permiten el abastecimiento a gas desde Portugal hasta Suecia, de Escocia a Italia y de España hasta Polonia.
Como explicó EOL, otro de los países que decidió incursionar este camino como parte de un plan estratégico que busca que el componente gasífero gane espacio en su matriz energética es Brasil. A partir del dinamismo del Presal, la potencia vecina anunció la reconversión a GNL de toda su flota de camiones del país y la construcción de la infraestructura necesaria que será financiada por el histórico banco de desarrollo estatal Bndes.
En ese sentido, la ventaja Argentina radica en la existencia de 2.200 estaciones de carga de GNC distribuidas en 20 provincias, lo que reduce las necesidades de inversión para desplegar “corredores verdes” (el modelo criollo implicó un cambio de color) en todas las autopistas de acceso a CABA; las autopistas rutas nacionales 7, 9 y 12; las autopistas La Plata-Mar del Plata y Ezeiza-Cañuelas; la autovía ruta nacional 14 y las rutas nacionales 3, 5, 8, 11, 16, 19, 20, 22, 33, 34, 35, 36, 38, 40, 105, 158, 174, 188, 205 y 226.
Además, nuestro país tiene una sólida cadena de proveedores pymes en todos los componentes que involucran a esta actividad gracias a la expansión del GNC en la década del ochenta y una industria automotriz que ya comenzó a fabricar camiones con motores originales a base de este fluido.
Respecto al GNL, la compañía Galileo Technologies es uno de los actores que logró un avance más significativo a nivel regional al generar la primera carga de una flota de camiones a GNL de Sudamérica. Sin embargo, su desarrollo aún es escaso en materia de puntos de carga, lo que actúa como un limitante ya que el GNL tiene una mayor autonomía y un menor tiempo de carga que el GNC.