Hoy es la renovable que más empleo genera en el mundo. La competitividad que gana a partir de una reducción en los costos de instalación y de generación hace que proyecte un crecimiento notorio en los próximos años.

Serán más de 11 millones y medio los puestos de trabajo que absorberá la industria de la solar fotovoltaica a nivel mundial para 2050. Así lo estima la Agencia Internacional de Energía Renovable en un reciente informe en el que indicó que, en 2019, esta renovable en particular contabilizó un total de 3.8 millones de trabajadores en el sector a nivel global, con lo que se triplicó en siete años.
Su crecimiento en términos de capacidad instalada en los últimos años ha llevado a que sea un sector sumamente pujante en cuanto a las posibilidades de trabajo que ofrece a nivel global. El desarrollo y la empleabilidad de la industria está notoriamente concentrado en China, país que encabeza el ranking de mayores generadores de trabajo, al día de hoy con 2.240.000 de puestos dentro de la fotovoltaica. Número que se traduce en un 59% del total de trabajadores del sector en todo el mundo.
Según el organismo, de los 11.458 millones puestos de trabajo con los que cuentan todas las fuentes limpias, la fotovoltaica es la que mayor injerencia tiene en este aspecto. Luego, están los biocombustibles (2.475.000 de puestos), la hidroeléctrica (1.957.000 de puestos) y, en cuarto lugar, la eólica, con 1.165.000 puestos.
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Muy por debajo en el share, detrás del gigante asiático, están Japón (250.000 empleos), Estados Unidos (240.000 empleos), India (205.000 empleos), Bangladesh (145.000 empleos). En el octavo puesto aparece Brasil, con una generación de empleo que alcanza 40.000 trabajadores en la industria fotovoltaica.
Argentina, con una mayor participación en la hidroeléctrica, los biocombustibles y la eólica, cuenta con poco más de 2.700 personas trabajando en la construcción, operación y mantenimiento de la fotovoltaica. Esto ubica al país por debajo de Chile, que hoy tiene 6.300 trabajadores en el área, pero por encima de países como Uruguay, Bolivia, Perú, Paraguay, Colombia y Ecuador.

“La crisis reciente ha expuesto brechas masivas en el acceso a la energía, lo que afecta a la atención en salud, el suministro de agua, tecnología informática y comunicativa y demás servicios básicos. Planes de reactivación que incorporen la transformación de los sistemas energéticos en vistas hacia una mayor sostenibilidad pueden ayudar a abordar estos desafíos, al mismo tiempo que colaborar en la superación de la depresión económica a partir de la creación de puestos de trabajo necesarios”, indican desde IRENA (por sus siglas en inglés).
Al momento de ver cómo se distribuye esta rama particular de las renovables en términos de capacidad instalada, se trazan similitudes y diferencias respecto al ranking de puestos de trabajo. China confirma su poderío y se ubica en el primer lugar, con más de 250 mil MW instalados. En segundo lugar, Estados Unidos desplaza a Japón, con 75.571 MW de tecnología instalada, mientras que Alemania está en cuarto lugar detrás de Japón con casi 54.000 MW.
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En 2020, se alcanzó un total de 707 GW instalados a nivel global, cifra que IRENA proyecta que se incrementará hasta los 5.221 GW instalados en 2030, capacidad que, a su vez, casi se triplicaría en 2050 con más de 14.00 GW de tecnología fotovoltaica instalada.
Las inversiones en esta fuente crecieron en forma masiva de 77 mil millones de dólares en 2010 a 114 mil millones de dólares en 2018, y se espera que alcance los 165 mil millones de dólares en 2030.
Por otra parte, la baja sostenida en los costos por generación eléctrica en los últimos diez años genera expectativa en el sector y estiman que el KW/h tendrá un costo de USD 0.02 para 2030, cifra que en 2019 giró en torno a los USD 0.06.