Corresponde al segundo incremento de los tres anunciados por YPF. Con estos tres ajustes consecutivos, en mayo, el precio de la nafta habrá aumentado un 18% en tres meses.
El sábado por la mañana, el precio de las naftas y el gasoil aumentará un 6% promedio a nivel país, en continuidad con los tres incrementos al combustible que anunció YPF a mediados de marzo y que tendrán su tercer y último aumento el próximo mes, según confirmaron a EOL fuentes allegadas a YPF.
El primero de los incrementos, experimentado a mitad del mes pasado, fue del 7% a nivel país y ahora se suma un 6% más. Es decir que, en mayo, YPF y el resto de las petroleras llevarán al surtidor el último de los aumentos estipulados para lo que resta del año, que sería de 4%, de modo de llegar al 18% de actualización programado inicialmente.
El aumento de precios escalonado tres partes respondió a una clara insistencia por parte de la compañía de bandera, que argumentaba un atraso en los precios y una necesidad de ingresos para tener una mayor capacidad financiera. No obstante, el agua que significó ese anuncio para el sector se encuentra ahora con el obstáculo de las nuevas restricciones comunicadas por el Ejecutivo y que terminan por impactar en la demanda de combustible.
Toda medida que afecte a la circulación en mayor o menor medida significa un freno a la actividad económica en general y por ende al consumo de combustible. Por lo cual, si bien cuentan con un ajuste en sus precios, las petroleras saben que venderán un menor volumen.
Como ocurre cada vez que hay una suba en los precios de la nafta, el índice general de precios sufre una fuerte presión ya que el combustible significa un elemento preponderante en toda la cadena productiva y de comercialización a nivel general.
Horas atrás, el INDEC publicó el índice inflacionario de marzo, que fue del 4,8% y que de esta manera acumuló un incremento del 13% en el primer trimestre del año. Al margen de la marcada suba intermensual –1,2% mayor que en febrero y diferencia más grande entre meses consecutivos en lo que va del inicio de la pandemia–, significó también el peor registro inflacionario de todo el mandato de Alberto Fernández.
En este contexto inflacionario, las metas establecidas por el ministro Guzmán en el Presupuesto 2021 quedan prácticamente echadas por tierra, más aún teniendo en cuenta que el próximo mes ya existe la seguridad de que, al último aumento en las naftas, se sumará el incremento en las tarifas.
Dos variables que golpearán en los precios finales al consumidor y difícilmente traigan en mayo un alivio al Gobierno, en lo que es, por fuera de lo que atañe estrictamente a la salud pública, el principal problema con el que lidia Alberto Fernández. Queda en evidencia que al momento no está logrando encontrar una salida al problema de la inflación. Lejos de lograr una merma, tampoco alcanza a que su alza sea aunque sea paulatina.