Como anticipó EOL, el ajuste del impuesto a los combustibles fue trasladado al surtidor y se esperan nuevos aumentos en el último bimestre.
Como anticipó EOL, YPF concretó un nuevo aumento del precio de su nafta en un 3,5% promedio a nivel país y se espera que las demás petroleras se muevan en el mismo sentido. La actualización de los precios se da como consecuencia del aumento de los valores en el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ILC) y el Impuesto al Dióxido de Carbono.
A su vez, con el precio actualizado de los biocombustibles, el surtidor percibía un elemento más de presión para elevar sus precios. Tal cual lo determinó la Secretaría de Energía días atrás, el litro de biodiésel pasó de $44.121 a $48.533 y el litro de bioetanol se trasladó de $29,80 a $32,78.
A pesar del reclamo de las provincias productoras, el aumento que no tuvo el visto bueno del Gobierno fue el corte de las mezclas de los biocombustibles en las naftas. Al menos por el momento, los cortes en las naftas –del 10% en el caso del biodiesel y del 15% en el bioetanol–, no tendrán variaciones y el estudio de un nuevo escenario podría verse prorrogado hasta el 2024.
Respecto a esto, Santiago Cafiero, jefe de Gabinete, señaló que “no existe aval técnico de las automotrices para que todo el parque automotor liviano existente en el país pueda funcionar con una participación del biodiesel en el gasoil mayor al 10% actual”. En consecuencia, la pugna entre las petroleras y la industria agrícola que elabora los biocombustibles –a base de caña de azúcar, maíz y aceite de soja– continuará.
De este modo, en los últimos tres meses, las naftas registraron una suba del 12% de promedio en el país y un 15,2% en AMBA. Los incrementos mensuales se fueron hilvanando desde agosto hasta la fecha y el impuesto a los combustibles se verá actualizado una vez más en diciembre. De acuerdo con lo que sostuvo Sergio Affronti, CEO de YPF, una de las directrices de la gestión de la compañía de bandera es “un objetivo de precios a alcanzar para diciembre de este año”.
Así, un panorama posible es el de un nuevo aumento en los precios en noviembre, que en ese caso no se debería a tributos sino al incremento de los costos. El conjunto de las petroleras esgrime desde hace mes que el congelamiento de precios llevó a que el retraso persista y los aumentos que se dan siempre terminan corriendo detrás del precio real del combustible.
Si así se diera, la seguidilla de aumentos se habría extendido en forma consecutiva en todos los meses que van desde agosto hasta diciembre.
Sumado a las cifras vinculadas a desempleo y pobreza, en el último trimestre del año, uno de los problemas más significativos que tendrá Alberto Fernández será el índice inflacionario, que escaló en los últimos dos meses. El INDEC dio a conocer que el incremento en los precios al consumidor de septiembre fue de 2,8%. Los números que arroja el surtidor no ayudan a pensar en una baja inflacionaria en la recta final de 2020.
