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Los subsidios energéticos subieron un 84% y superaron los USD 11.000 millones en 2021

Es un aumento de 237% en dólares durante estos dos primeros años de la gestión Fernández. Para este año, podrían superar los USD 15.000 millones y alcanzar el récord histórico del 2014.

Los subsidios energéticos volvieron a ser un dolor de cabeza que no solamente afecta a las políticas del sector, sino que condiciona toda la macroeconomía argentina. En 2021, subieron un 84% medidos en dólares y superaron los 11.000 millones según un informe del Instituto Mosconi.

El resultado refleja las consecuencias del congelamiento tarifario y la lentitud en ampliar la red de gasoductos, responsabilidades que también le caben al gobierno anterior. En rigor, el freno a la actualización de tarifas viene de comienzos del 2019 con un objetivo netamente electoral que no le dio resultado ni a Macri en alcanzar su reelección ni a Alberto Fernández en los comicios legislativos.

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De esta forma, en los últimos dos años pasaron de 3.260 millones de dólares al nivel actual en un alza del 237%, que los lleva a valores semejantes al 2012. Dentro del desagregado del 2021, se destaca el crecimiento de las transferencias a Cammesa (115%) con el equivalente a 7.300 millones de dólares y los giros a Ieasa (205%). En tanto, los subsidios a la oferta de gas, en total, sumaron 2.927 millones de dólares, es decir, un 220% más que en igual periodo anterior.

Más allá del impacto en términos fiscales, este agujero también representa un verdadero problema que empieza a afectar a las cuentas externas. Así es como el superávit comercial energético de 953 millones de dólares del 2020 se transformó en un déficit de 628 millones que, todo indica, se agravará este año producto del alza de los precios internacionales.

Ya en 2021, las importaciones de combustibles y lubricantes subieron un 121%, con la diferencia de que el efecto cantidades implicó un alza del 68%, en cuanto los precios crecieron un 31,7%.

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El panorama sería muy diferente este año. Bien está proyectado un incremento de cantidades, el mayor golpe llegaría por efecto precio. De acuerdo a los cálculos de la propia secretaría de Energía, las circunstancias de abastecimiento en que se encuentra Europa provocarán un alza del precio del GNL del 227% al pasar de 7,25 dólares el millón de BTU a 23,72 dólares. En tanto, el gas importado de Bolivia está proyectado que se encarezca un 45% y que se entregue una menor cantidad que deberá ser reemplazada con GNL.

Eso marca un piso de 2.000 millones de dólares adicionales que podría ser mayor si la evolución tarifaria no acompaña a una inflación que, según las estimaciones del mercado, superaría cómodamente el 60%.

En este complejo rompecabezas entra el acuerdo con el FMI que tiene en el centro de la mira a este factor, pero que solamente logrará reducirlo si se aplican subas tarifarias de una magnitud similar a las del gobierno de Macri.