Inicio Gas ¿Cómo siguen las negociaciones por el contrato de gas con Bolivia?

¿Cómo siguen las negociaciones por el contrato de gas con Bolivia?

Sin acuerdo por el bajo volumen que ofrecen para el invierno, se firmó una prórroga hasta abril para continuar con las charlas. Mientras tanto, Bolivia entregará 7,5 Mm3d.

A un mes del vencimiento de la quinta adenda del contrato de gas con Bolivia, la firma de un acuerdo parece estar cada vez más lejos. El país vecino ofrece un volumen insuficiente para las necesidades argentinas, que obligaría a tener que importar un valor récord de GNL, justo cuando los precios internacionales están en un máximo histórico.

Por lo tanto, se llegó a un cuarto intermedio para ejercer una prórroga por otros dos meses para continuar con las tratativas. Mientras tanto, el volumen despachado será de 7,5 millones de metros cúbicos día, un 25% menos de lo que se entregaba el año pasado, según indicaron a este medio fuentes allegadas al secretario Martínez.

De todos modos, los meses estivales no son los que generan los puntos de mayor tensión entre las partes. A pesar del recorte, de la crisis hidráulica y del aumento de la demanda eléctrica, Argentina puede garantizar el abastecimiento suficiente con estas entregas.

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Sin embargo, para la temporada invernal el panorama es completamente diferente. Según pudo saber este medio, Bolivia solamente se compromete a entregar 9 millones de metros cúbicos diarios en los meses de mayor consumo argentino.

Esto representa un 35% menos de la adenda 2021 y la mitad de lo que firmó el ex secretario de Energía macrista, Gustavo Lopetegui, en aquella recordada adenda del 2019 en la que ofreció aviones Pampa si el país vecino sobre cumplía con sus despachos, cosa que ocurrió.

El declino de la producción boliviana no es una novedad. Desde la firma de la primera adenda en 2010, a sólo 4 años de la firma de un contrato que dura dos décadas, se sabe que La Paz no va a ser más capaz de cumplir con sus compromisos de 27 millones de metros cúbicos diarios.

En un primer momento, esos compromisos se redujeron a 21 Mm3d y ahora ya estaríamos en un tercio del volumen original durante el invierno y apenas más de un cuarto durante el verano.

No obstante, las autoridades argentinas consideran que el argumento del declino de sus pozos es una excusa boliviana y que, en verdad, el gobierno de Arce está privilegiando sus relaciones comerciales con Brasil, con quien también mantiene un contrato gasífero de proporciones aún mayores.

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La realidad es que, a pesar de la mejor sintonía ideológica de Arce con Alberto Fernández y del hecho que Bolsonaro apoyó el golpe de Estado a Evo Morales, la decisión boliviana es completamente comprensible dados sus intereses económicos.

Brasil compra más gas y lo paga mucho más caro que la Argentina, con lo cual es lógico que el poco gas disponible no se dirija hacia el sur. Pero, al mismo tiempo, a cuatro años de que venza el contrato con Argentina, Bolivia ya analiza la posibilidad de que nuestro país no lo renueve debido a sus excelentes recursos en Vaca Muerta.

De construir los gasoductos necesarios y lograr las inversiones mínimas indispensables, la formación no convencional neuquina estaría en condiciones de abastecer a todo el NOA e incluso se baraja la alternativa de exportar gas a Brasil mediante los gasoductos bolivianos.