Como termómetro de los tiempos que pueden venir, la ola verde pisó fuerte en las elecciones alemanas que marcarán el fin de la era Merkel, tras dieciséis años de gobierno. El escenario más factible es un nuevo gobierno con los social demócratas.

El partido ecologista alemán que erigió como candidata a Annalena Baerbock, consiguió este último fin de semana su mejor elección desde 2005, al obtener el 14,8% de los votos, lo que significó un crecimiento de cinco puntos por encima de la elección de 2017.
Si bien aún puede restar un largo trecho hasta ver conformado el gobierno que seguirá a la cancillería de Angela Merkel, los resultados ubican al socialdemócrata Olaf Scholz, candidato que obtuvo el 25,7% de los votos, como el mejor ubicado de cara a la cancillería. Detrás, el bloque conservador (CDU/CSU), con Armin Laschet a la cabeza, se hizo con el 24,1%, lo que marcó la peor elección de esta fuerza desde 1949 a la fecha.
De cualquier modo, hay una certeza es que la fuerza que logró una mejor performance en comparación con la anterior fueron Los Verdes, y eso llevará a que ejerzan un rol preponderante en el armado de la futura coalición donde ya están iniciando negociaciones con la social democracia. Con la lucha contra el calentamiento global como telón de fondo, todo indica que su poderío en la coalición de gobierno será clave en la toma de decisiones.
Entre el electorado menor a los 30 años, Los Verdes fue el bloque que más votos obtuvo con un 22% del total, lo que confirma la creciente relevancia otorgada a la problemática climática en una plataforma partidaria por parte de los más jóvenes.
Con la acción climática como principal eje de su propuesta, Baerbock anticipó su objetivo de destinar 15.000 millones de euros a la lucha contra el cambio climático. Al día de hoy, Alemania es referente en lo que hace al desarrollo de fuentes renovables y en generación distribuida, y Merkel ha sido entendida como una de las figuras que más impulsó esta transición en el continente, sin embargo los ecologistas insisten en que la acción actual no es suficiente en esta lucha, en línea con lo expuesto por la joven activista Greta Thunberg y millones de manifestantes congregados en distintas partes del mundo el último viernes.
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No obstante, si la mirada se centra en el último tramo de la campaña, probablemente, el partido verde se haya quedado con un sabor semiamargo tras las elecciones que determinan la integración de las bancas del Bundestag y que luego derivarán en una eventual alianza de gobierno.
Es que algunas encuestas, apenas meses atrás, ubicaban a esta fuerza liderada por Annalena Baerbock y Robert Habeck con un apoyo cercano a los 25 puntos. “Esta noche no podemos simplemente hacer una celebración. Por primera vez en esta república federal, hemos avanzado para dar forma a este país como una fuerza líder. Queríamos más, pero no lo hemos conseguido”, dijo Baerbock. Analistas y medios alemanes coinciden en que fueron “errores propios” de esta candidata los que llevaron a que episodios como una acusación de plagio y la tardía declaración de ingresos adicionales como diputada hicieran mella en su imagen y ésa perdiera el vigor que tuvo en un inicio.
A propósito de los resultados de los comicios, Christian Bruch, CEO de Siemens Energy, empresa alemana líder en el sector, dijo que “el objetivo debe ser formar un gobierno capaz de actuar con rapidez. Los futuros partidos gobernantes deben demostrar que la protección del clima y la transición energética no son sólo temas de campaña electoral”.
Consciente de la fragmentación observada en la votación del electorado, señaló que “hay muchas tareas importantes por delante que un solo grupo no puede resolver, lo que también se refleja en los votos del electorado. Para alcanzar los objetivos climáticos de París, necesitamos una política climática y energética mucho más ambiciosa y mucho más rápida”.
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A su vez, Bruch remarcó que durante la campaña electoral, existió un consenso en cuanto a la necesidad de lograr expansión más rápida y consistente de la generación de energía renovable, “pero ahora las palabras deben ir seguidas de los hechos. La creciente demanda de electricidad debe satisfacerse con una mayor electrificación de la movilidad, la industria y los edificios. Esto sólo funcionará con requisitos de planificación más simplificados, aceleración masiva de los procedimientos de aprobación, áreas de expansión adicionales en tierra y mar, una expansión más rápida de la red eléctrica y la importación de energía renovable en forma de hidrógeno y combustibles verdes”.
En el último punto del comunicado de la empresa, su presidente enfatizó que la clave pasa por comprender que “la transición energética necesita más mercado”, en un claro mensaje del sector privado al Estado. De cualquier modo, recayó en que el apoyo gubernamental es importante para estimular tecnologías, “pero no puede sustituir a la inversión privada a largo plazo. En lugar de un exceso de regulación y de micro gestión gubernamental, el gobierno debería crear un marco con objetivos e incentivos claros en el que prevalezcan las mejores ideas, las tecnologías más innovadoras y eficientes y los modelos de negocio más favorables al cliente”.