Tras varios obstáculos y roces internacionales, el gasoducto que atraviesa el Mar Báltico está construido y gracias a éste Rusia venderá el doble de gas a Alemania.
Finalizó la construcción el gasoducto marino Nord Stream 2 y se espera que esté operativo para antes de fin de año. Gracias a esta obra, Rusia llevará 55.000 millones de metros cúbicos anuales más a Alemania y de esta manera duplicará el suministro que ya venía llevando adelante a través del Nord Stream 1, finalizado hace nueve años, en una ruta similar también por el Mar Báltico.
Se trata de una inversión que consta de 11.000 millones de dólares y que tiene a la empresa estatal de gas ruso Gazprom como principal inversor, pero que también cuenta con la participación de firmas Shell, Wintershall Dea, Uniper, ENGIE y OMV.
Como explicó anteriormente EOL, la obra de este gasoducto generó varios roces en el ámbito geopolítico, en una discusión en la que también intervino el gobierno de los Estados Unidos, quien planteó la posibilidad de sancionar a empresas que estuvieran operando en la construcción del gasoducto.
Incluso, en algunos casos, así lo hizo. Por tomar un caso, la firma suiza Allseas se retiró de la obra del gasoducto a fines de 2019 ante las sanciones dispuestas por Estados Unidos al proyecto gasífero.
Desde hace un buen tiempo que los Estados Unidos se quiere postular como la opción más tentadora para el viejo continente a la hora de proveer de gas a los distintos países del continente. De modo que el avance de esta obra jamás fue vista con buenos ojos por la administración de Biden, que observa como se obstruye un potencial mercado para su GNL.
Alemania, por su parte, desmiente que esto pueda derivar en lo que Estados Unidos y Ucrania, principalmente, entiende como un exceso de influencia de Rusia sobre el resto del continente. Al mismo tiempo, Merkel es consciente de que la opción rusa es más barata que la de la compra de GNL a Estados Unidos.
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Según aseguran desde el Kremlin, en 2019, el 49% del envío de gas ruso a Europa atravesó territorio ucraniano, por lo que el ex miembro de la URSS cobró –en calidad tasas por tránsito– más de 2.000 millones de dólares en el año. Esto representaría cerca del 3% del PBI de Ucrania, por lo que desde Rusia argumentan que el descontento del país vecino estriba puramente en una cuestión comercial y no en razones que tengan que ver con el suministro de gas.
Al mismo tiempo, otro debate que se da en torno a esta obra ahora finalizada es la estrictamente energética, ya que son varios los analistas que han levantado su voz para marcar un contrapunto: minetras Europa desarrolla el plan Fit for 55%, en la búsqueda de reducir considerablemente su huella de carbono a través de acciones mitigantes en varios sectores, Rusia y Alemania concretan una de las obras de infraestructura gasífera más importantes en el planeta.
A su vez, Europa parece estar reviendo el rol del gas y desde algunos sectores cuestionan la injerencia que este insumo tiene que tener en la transición hacia fuentes más limpias. Mientras que algunos analistas consideran y refuerzan la idea de que es, sin lugar a dudas, el combustible de transición, otros entienden que si hay que acelerar la marcha en la lucha contra el cambio climático, habría que trabajar en pos de alternativas que se dirijan concretamente hacia una descarbonización absoluta.
