El secretario de Energía afirmó que exigirá todas las tareas de remediación, mientras que el ministerio de Ambiente pidió a la empresa el seguro ambiental obligatorio.
Este fin de semana, las autoridades públicas nacionales y provinciales se hicieron presentes en la zona del derrame de petróleo más grande de los últimos 10 años y aseguraron que la situación ha sido controlada, tal como sostiene la transportista Oldelval.
“Hemos visto que la situación está controlada, que luego de acordonar la zona afectada se detuvo el derrame, se comenzó a reparar el ducto y ya se colectó el crudo derramado. Ahora deben comenzar los trabajos específicos para la remediación de toda la zona afectada”, destacó el secretario de Energía, Darío Martínez.
Acompañado por los Inspectores y expertos de Seguridad, de Ambiente y de Transporte de la Secretaria de Energía, el neuquino manifestó que “trabajarán en analizar las tareas realizadas, y en determinar las causas y responsabilidades de este episodio de derrame”. “Exigiremos todas las tareas de remediación”, agregó.
Además de Martínez, también estuvieron presentes la ministra de Energía de Río Negro, Andrea Confini, y la Brigada de Control Ambiental (BCA) del Ministerio de Ambiente nacional a cargo de Juan Cabandié.
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“Estamos a la espera del informe de nuestros inspectores para conocer el daño ocasionado por el derrame”, resaltó Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental, quien exigió la presentación de un seguro ambiental.
Se trata de una garantía financiera que deben tener todas las empresas que realizan actividades riesgosas que potencialmente puedan conllevar un incidente ambiental para que el pasivo no recaiga sobre el Estado y sea mitigado mediante este instrumento.
Por su parte, Oldelval indicó que luego de recolectar el crudo, se encuentra limpiando el suelo y la vegetación, mientras aíslan la zona para evitar el paso de animales. “Hay más de 100 personas, camiones de recuperación y maquinaria pesada abocadas a la solución del hecho”, dijeron.
Como explicó EOL, desde Greenpeace no son tan optimistas y sostienen que se trata de un “desastre ecológico”, que la tierra fue absorbiendo parte de los “miles de litros derramados”, y pidieron “las máximas sanciones para los responsables de este crimen ambiental”.
