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Subsidios y Presupuesto, subrayados en rojo en la agenda del FMI con Argentina

La reunión de Massa con Kristalina Georgieva confirmó que el Presupuesto 2023 incluirá otro fuerte incremento de tarifas para la mayoría de la población.

Desde principios de año, incluso varios meses antes de que el Gobierno argentino arribara a un acuerdo y firmara el programa de Facilidades Extendidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el organismo puso el ojo en un componente vital de gasto público, los subsidios a las tarifas de los servicios, con especial hincapié en la energía.

Y este lunes, tras la reunión del ministro de Economía Sergio Massa, con la titular del FMI, la búlgara Kristalina Georgieva, el Fondo volvió a insistir en la necesidad de una “mejor orientación de los subsidios a la energía, transporte y agua”.

En un comunicado distribuido a la prensa el organismo financiero multilateral destacó los “concluyentes avances” logrados en áreas relevantes del gasto público. Entre ellos, puso el foco en las partidas del Tesoro que cubren parte de las tarifas de servicios públicos y avaló implícitamente el tarifazo en electricidad, gas, agua y transporte, que sufrirá la mayor parte de la población y el golpe en los bolsillos que sufrirán cuando empiecen a llegar las facturas el mes próximo.

Kristalina Georgieva destacó los avances en los “parámetros fiscales y las políticas subyacentes” para asegurar los objetivos de déficit primario fijados en 2,5% del PIB en 2022 y 1,9% del PIB en 2023, “con énfasis en una mejor orientación de los subsidios a la energía, transporte y agua, junto con una mejor priorización del gasto y manejo estricto del presupuesto”.

No es un dato menor, por cuanto más allá de la “palmadita” en la espalda del nuevo ministro de Economía, en el lenguaje críptico de los comunicados del Fondo la frase esconde una segunda lectura.

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Está indicando claramente por dónde hay que continuar los recortes del gasto, en este caso reducción de subsidios, cuya contracara es la suba de tarifas. La referencia a la “mejor orientación de los subsidios a la energía, transporte y agua”, deja margen para correr los límites que alcanza la tarifa social, que se mantendrá, pero que podría abarcar a menos gente, eventualmente en un futuro, si el programa así lo requiere.

Luego continuó afirmando: “Nuestros equipos continuarán las reuniones de manera virtual esta semana con objetivo de concluir staff-level agreement (acuerdo del Directorio) en los próximos días”.

Aquí será clave lo que pase con el proyecto de Presupuesto 2023, que todavía se está terminando de dibujar a partir de supuestos clave como el tipo de cambio promedio, la inflación esperada, la tasa de crecimiento o el déficit fiscal.

Por ley el proyecto debe presentarse el próximo 15 de septiembre, aunque según el uso y costumbre del país también podría ser unos días después, o incluso presentarse, pero no aprobarse como ya ocurrió en 2020 con el proyecto elaborado por el saliente gobierno de Mauricio Macri y en 2022, por la no aprobación del enviado por el Poder Ejecutivo, por contener números difíciles de sostener en la realidad.

El Presupuesto 2023 también tiene algunos supuestos al menos curiosos. Mientras este año se espera que la inflación se acerque peligrosamente a los tres dígitos, para el año próximo la pauta inflacionaria que trascendió habla del 50% anual. Difícil saber cómo será ese desplome del índice de inflación.

Por el momento, no hay meta de crecimiento del PIB ni evolución del tipo de cambio. Pero una vez, y por eso la insistencia del FMI con los subsidios a la energía y otros, más subsidios suponen más déficit fiscal, más emisión y por ende, más inflación.

Y una confirmación una vez más del “dibujo” del Presupuesto. De allí se deriva, aquella referencia a la “mejor priorización del gasto y manejo estricto del presupuesto” que, pese a algunos avances, seguirán estando junto a los subsidios bajo el escrutinio de los técnicos del FMI, por algunos años más.