Con IEASA como intermediario, la compañía de bandera se hará en forma exclusiva con la cuarta parte de lo recaudado por el tributo. La producción gasífera, el destino.

A partir de la recaudación que la AFIP informó en $223.000 millones gracias al aporte solidario y extraordinario –mejor conocido como impuesto a la riqueza–, YPF podrá contar con cerca de 560 millones de dólares, una cuarta parte de la recaudación total, mediante la instrumentación de la empresa estatal IEASA.
La normativa indica que esa porción de dinero se destinará a la exploración, desarrollo y producción de gas, a través de IEASA (ex Enarsa), que “deberá reinvertir las utilidades provenientes de los mencionados proyectos, en nuevos proyectos de gas natural durante un plazo no inferior a diez años”.
De este modo, YPF ya sabe que podrá contar con la inversión derivada de lo que aportaron el 80% del universo de contribuyentes que se supone que debía alcanzar este único tributo, sus directivos estudian los proyectos a los que podría destinar el ingreso.
Fuentes cercanas al Gobierno señalaron a EOL que a quien se va a destinar ese dinero es a IEASA y ésta es la que, posteriormente, va a tener que firmar algún tipo de acuerdo con YPF a los fines de poder desarrollar el proyecto que ellos consideren relevante. “Nunca estuvo en los planes que la plata se le diera directamente a YPF”, indicaron.
Es que el carácter privado de la compañía YPF –aunque tenga como mayor accionista al Estado– le impide al Gobierno otorgarle ese dinero en forma directa. No obstante, la intermediación de IEASA, organización pública que se encarga de gestionar proyectos y obras de infraestructura dentro del rubro energético, no significará demasiado obstáculo para que YPF pueda acceder a la fracción estipulada y sea quien termine operando sobre ese dinero.
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El monto escala a los USD 560 millones y su peso se hace evidente al contrastarlo con la inversión de 2700 millones de dólares que Pablo González y Sergio Affronti, presidente y CEO de YPF, anunciaron para la totalidad de este año.
La gestión de estos ingresos pasará en forma exclusiva por parte de la compañía de bandera. Según lo indica la ley propuesta por Máximo Kirchner y Carlos Heller, el dinero tendrá el propósito de desarrollar “programas y proyectos que apruebe la Secretaría de Energía de la Nación, de exploración, desarrollo y producción de gas natural, actividad que resulta de interés público nacional, a través de Integración Energética Argentina S.A., la cual viabilizará dichos proyectos proponiendo y acordando con YPF S.A., en forma exclusiva, las distintas modalidades de ejecución de los proyectos”.
Después de un inicio de año convulsionado que acumuló la salida precipitada de su ex presidente Guillermo Nielsen, una episódica renegociación de la deuda con los acreedores y el más reciente conflicto en Vaca Muerta que echó por tierra las metas del Plan Gas, este dinero se presenta como un bálsamo para la empresa. Un respiro que el Gobierno le otorga a su complicada situación financiera.
“Es una suerte de asociación que no sé cómo se plasmará. El traspaso no es inmediato. Secretaría de Energía, IEASA e YPF. Ese es el orden”, remarca el allegado al Gobierno. De cualquier modo, en YPF ya están pensando en los posibles destinos de producción gasífera para esta inversión.