Una firma italiana fue el destino de una exportación de tecnología solar para uso satelital, un nicho en el que INVAP empieza a jugar en las grandes ligas.

Luego de un proceso que llevó casi tres años, atravesando la pandemia en 2020 con trabajo presencial cuando casi todo el país estaba literalmente “guardado” por la cuarentena impuesta por el Covid, la empresa rionegrina INVAP y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), concretaron hace unos días la primera exportación de tecnología espacial al mercado europeo.
Se trata de la venta de 25 sensores solares gruesos, destinados a un satélite que está construyendo la firma aeroespacial italiana OHB, líder en ese segmento en la Unión Europea.
La exportación, de la que no trascendió el monto, fue informada tanto por INVAP como por la CNEA en sus respectivas cuentas de Twitter el pasado martes, pero en verdad es el resultado de varios años de trabajo, recogiendo la experiencia del Departamento de Energía Solar de la CNEA en el diseño y desarrollo de paneles y sensores solares.
Según se informó, el organismo científico nacional y la empresa tecnológica rionegrina realizaron los ensayos ambientales en el Centro de Ensayos de Alta Tecnología Sociedad Anónima (CEATSA).
“Esta exportación nos abre una ventana de potenciales clientes en el mercado europeo, es una puerta muy interesante para futuras exportaciones, que estamos en condiciones de aprovechar porque tenemos la tecnología y podemos hacer el desarrollo”, aseguró Mónica Martínez Bogado, gerenta adjunta del Área de Investigación y de Aplicaciones No Nucleares de CNEA y subjefa del proyecto, en diálogo con Energía Online.
Dispositivo clave
Los sensores solares gruesos de posición, tal es el nombre técnico de los componentes, son una parte fundamental del sistema de orientación de los satélites.
Hay que recordar que los satélites, así como su computadora y todo el instrumental, se mueven a través de la generación de energía fotovoltaica, pero para su correcto abastecimiento energético los paneles solares deben estar siempre orientados hacia el sol.
El tema es que para realizar determinadas acciones o mediciones el satélite debe moverse, por lo que después es necesario contar con instrumentos que permitan orientar nuevamente los paneles en su posición adecuada.
Para eso se vale de un sistema de sensores solares, colocados en puntos estratégicos del satélite, para que a través de mediciones precisas de la computadora le facilite a los paneles solares llegar otra vez a la orientación correcta con el sol.
Los sensores solares gruesos de posición, que también funcionan con energía solar aunque necesitan mucha menos que los paneles, “permiten posicionar bien a los paneles, así que sin sensores éstos no funcionan y el satélite se queda sin energía”, explica Martínez Bogado.
Los sensores tienen un tamaño estimado de 12 x 12 mm, se fabrican en el país y llevan celdas de silicio, mineral que sí es importado.
A la conquista de Europa
Según indicó Martínez Bogado, ésta es la primera exportación a Europa y a una empresa privada pero ya hubo un antecedente en 2021 con la provisión de sensores para un sistema de navegación a Brasil.
Fue un desarrollo de INVAP para el satélite Amazonia 1, en un acuerdo de cooperación con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, la agencia pública de actividades espaciales de ese país. En este caso, los contratos se habían firmado a través del INVAP en 2008 pero el satélite recién fue lanzado en febrero de 2021, incluyendo los sensores solares argentinos.
Ahora se espera que la exportación a Italia sea sólo el comienzo de un camino de cooperación con otros países de la Unión Europea.
Es que si bien varios países del bloque comunitario tienen sus agencias de desarrollo de actividades espaciales, no son muchas las empresas en el Viejo Mundo en condiciones de fabricar satélites de comunicaciones o científicos de uso civil. La italiana OHB es una de las firmas líderes e incluso tiene subsidiarias en otros países de la Unión Europea. Además, la Agencia Espacial Europea (ESA), que actúa en nombre de la Unión Europea, ya adjudicó a OHB System AG la producción de un conjunto completo de 34 satélites Galileo FOC (Full Operational Capability), la gran apuesta europea en el espacio y a nivel de comunicaciones satelitales para los próximos años.