La cuestionada política ambiental brasilera posiciona a nuestro país como un protagonista regional que puede beneficiarse de un gran flujo crediticio en industrias energo intensivas.

La reciente reunión del G7 en Berlín sirvió como plataforma de lanzamiento del primer paso en la hoja de ruta del Club del Clima, una iniciativa que podría beneficiar a la Argentina en términos crediticios y colocarla como un líder regional de la transición energética.
Los tres ejes de trabajo del Club del Clima son el desarrollo conjunto de un “Level Playing Field” en cumplimiento del Acuerdo de París; la descarbonización de la industria intensiva en energía (acero, química, cemento); y el apoyo financiero para la transición industrial en el Sur Global.
El objetivo inmediato es conformar un “Grupo de Trabajo Intergubernamental – Taskforce” de naturaleza cooperativa para re-elaborar los términos de referencia de la iniciativa orientada a la descarbonización de sectores industriales intensivos en energía, contribuyendo al desarrollo de instrumentos que permitan apoyar el crecimiento económico verde, y abordando cuestiones como las fugas de carbono y otros posibles riesgos para los esfuerzos de mitigación.
Bajo el primer pilar, las actividades propuestas incluyen apoyar el desarrollo del mercado de bienes de baja emisión y una mejor formulación de políticas, establecer una comprensión sólida y común de las medidas de fuga de carbono y hacer un seguimiento del progreso en la descarbonización de la industria.
En segundo término, se busca transformar industrias avanzando en las condiciones para la descarbonización profunda de los sectores industriales bajo estándares comunes. Finalmente, el tercer pilar aspira a aceitar los instrumentos de asistencia técnica para la descarbonización de la industria en economías emergentes y en desarrollo como la nuestra.
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Un aspecto interesante que empieza a ser destacado por analistas internacionales en clave geopolítica, es que, la llamativa política ambiental del nuevo gobierno de Lula Da Silva en Brasil, le otorga una gran oportunidad a la Argentina para posicionarse como un líder regional en la transición energética y capitalizar gran parte de estos beneficios crediticios.
“Ellos están buscando países en desarrollo y con matriz industrial intensivas en energía. Y como el Lula 3.0 no es el que esperaba el mundo, nos deja muy bien posicionados. Nos da un protagonismo que muchos creíamos que con Lula íbamos a perder”, afirmó a EOL una fuente parte de la misión argentina encabezada por Flavia Royón.
La secretaria de Energía, por su parte, manifestó durante su participación de este foro “la necesidad de que los países en desarrollo y emergentes comprometidos en el Club, sean beneficiarios de instrumentos de apoyo financiero, construcción de capacidades, cooperación técnica, y transferencia de tecnología, convirtiendo así al Club del Clima como la primera iniciativa en plantear medios de implementación real para la reducción de emisiones”.
En tanto, el embajador argentino en Berlín complementó detallando el caso de las empresas argentinas del sector siderúrgico que incorporan energías renovables a su mix de consumo para la producción de acero verde y el ejemplo de YPF y su proyecto de desarrollo de un hub de hidrógeno en Bahía Blanca y su compromiso en la participación en la primera licitación internacional del hidrógeno a partir de la plataforma H2Global.
Entre el resto de los países sudamericanos, el Club también cuenta con la presencia de Chile y Colombia, con Uruguay y Paraguay en vías de incorporarse. El cronograma pautado establece que se repetirán reuniones de este tipo una vez por mes hasta la presentación oficial durante la COP 28 en Dubai el próximo diciembre.