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El petróleo se acerca a los 90 dólares y se espera que el “superciclo” de precios se acentúe

La tendencia presiona aún más sobre la inflación y golpea a los mercados financieros. Las trabas de la agenda verde, una de las claves que explican la dificultad para subir la producción.
Barril de crudo

El sendero alcista de los precios de la energía que tanto afectó a la economía mundial durante 2021 y llevó a la inflación global a niveles récord en décadas, está lejos de haber terminado.

Esta semana, los valores del crudo rozaron los 90 dólares en el caso del Brent para luego estabilizarse en 87,5, un número que, de todos modos, es el más alto en los últimos siete años.

De acuerdo a la firma líder en servicios petroleros Schlumberger, las condiciones actuales del mercado son “sorprendentemente similares a las vividas durante el último superciclo del sector”. Por lo tanto, “en ausencia de nuevas perturbaciones relacionadas con el COVID, se espera que la demanda de petróleo supere los niveles previos a la pandemia antes de finales de año y que siga fortaleciéndose en 2023”.

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El escenario también es compartido por Goldman Sachs, una de las primeras en anticipar este inédito incremente de precios que el año pasado superó el 50% y que este año parece robustecerse.

“El vuelo a máximos del crudo golpea con fuerza los mercados internacionales. El aumento varias veces por arriba de inflación del crudo afecta a todos los sectores involucrados y presiona sobre la inflación mundial, un problema político para los principales gobiernos del mundo que en Estados Unidos está derrumbando la imagen de Biden”, sostiene el analista de mercados Francisco Uriburu.

Desde hace algunas jornadas, las plazas financieras más importantes a nivel global como Wall Street, Londres o Frankfurt están en un preocupante rojo que refleja la gravedad de la situación y la dificultad para encontrar una solución a futuro.

Es que, más allá de los problemas logísticos que aún prevalecen desde la pandemia y el duro invierno en el hemisferio norte -dos factores que empujan aún más los precios del petróleo-, la clave para estabilizar el mercado energético pasa por un repunte de la producción que no se logra concretar.

La OPEP no está logrando ni siquiera cumplir con sus metas de expansión, que todavía permanecen muy por debajo de la prepandemia, y está pidiendo a la industria petrolera de Occidente que acelere sus inversiones.

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“La OPEP y sus aliados están aumentando la producción de petróleo, pero no pueden resolver todos los problemas del sector por sí solos. La industria necesita más inversión, a través de la participación de compañías petroleras internacionales para proporcionar suministros adecuados”, afirmó Suhail Al-Mazrouei, ministro de Energía de los Emiratos Árabes Unidos.

La raíz del problema pasa por las restricciones crediticias a partir de las normas ESG, que como explicó este medio, alinean las carteras de los principales fondos de inversión a la agenda del cambio climático. Y en una industria eminentemente dependiente de los flujos financieros, un ajuste en este canal implica una menor inversión que rápidamente se refleja en los niveles de producción.

“Al no haber nuevas inversiones los pronósticos empujan el precio. El sector encuentra dificultades para seguir avanzando en nuevas reservas por la imposición de las reglas ESG. El cambio de política energética buscando reducir la huella de carbono está provocando aumentos desmedidos en combustibles fósiles”, agrega Uriburu, en ese sentido.