Sería para abastecer la central termoeléctrica de Uruguaiana, que ahora resulta vital ante la crisis de generación hidroeléctrica.
La empresa energética estatal IEASA está analizando exportar gas a Brasil en el corto plazo para que puedan abastecer a la central termoeléctrica de Uruguaiana y así ayudar a menguar la crisis de generación eléctrica que provocó la sequía.
“Estamos viendo posibilidades de exportar gas a Brasil, donde la situación es crítica. Estamos estudiando alternativas para este año, para fin de año”, señaló el Gerente de Gas de la compañía, Jorge O’Donnell en un evento organizado por Megsa.
Se trataría de volúmenes que no afectarían a la Argentina ahora que termina el invierno y cae el consumo residencial de gas, que podrían evacuarse mediante la infraestructura existente y serían muy útiles para el país vecino.
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De hecho, la situación de alarma es tal, que este jueves, Bolsonaro llegó al extremo de pedirle a los brasileños que se duchen con agua fría para ahorrar energía, una petición similar a la recordada “ducha comunista de tres minutos” que demandaba Hugo Chávez en 2009.
“Brasil va camino a ser el cuarto o quinto mayor importador mundial de GNL por la sequía”, pronosticó O’ Donnel que, por ese motivo, entre otros, anticipa que el apetito mundial por el GNL va a seguir alto y no van a poder conseguirse los bajos precios de la pandemia.
“Este año empezamos a comprar a 6 dólares el millón de BTU y terminamos comprando a 12 dólares. Nunca vi una suba tan grande en un período tan corto. Creemos que los niveles para el próximo invierno nuestro deberían descender y tener precios más acordes en los niveles de 8 dólares”, destacó.
El contrato con Bolivia
Durante la charla, se tocaron todos los temas respecto a la comercialización de gas de IEASA donde, naturalmente, emergió la negociación con Bolivia por la sexta adenda que deberá firmarse antes de fin de año.
En ese sentido, O’ Donnel se mostró confiado en que lograrán “volúmenes similares a la adenda vigente”, aunque Juan Haitzaguerre, Gerente de Coordinación y Planeamiento, reconoció que están “en conocimiento que sus campos productivos están en decrecimiento”.
“Todavía Bolivia no ha definido los volúmenes con que vamos a contar para este contrato. Esperamos que el plazo de la sexta adenda coincida con la finalización del contrato al 2026. Estamos también proyectando los cargamentos de GNL para el 2022. Contamos con los pronósticos de la Secretaria de Energía y los requerimientos de Cammesa. Con todo esto, surge una curva de proyección que nos permite tomar decisiones de la cantidad de buques necesarios. Por lo que nosotros estamos viendo, las condiciones del sistema no van a variar en el corto plazo y entonces va a ser necesario contar con el buque de Bahía Blanca”, agregó.