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Energía a partir de la basura: dos problemas, una solución

Transformar residuos en recursos no sólo reduce la contaminación que generan en el ambiente, sino que resuelve problemas sociales y económicos.
Biogas, CEAMSE
Biogas, CEAMSE

Cuando nos mencionan la palabra residuos, probablemente lo primero que se nos viene a la mente es nuestro cesto de basura, un basural a cielo abierto, o restos que muchas veces encontramos en las calles. Con seguridad, casi todos los pensamientos involucren aspectos negativos. 

Sin embargo, cuando hablamos de residuos nos referimos a recursos. Más allá de los conocidos términos de las 3R de reducir, reutilizar y reciclar, podemos hablar también de fertilizantes naturales (como por ejemplo, el compost) o de la generación de energía eléctrica a partir de los gases provenientes de la basura. 

Planta de Tratamiento Mecánico Biológico, CEAMSE

Aproximadamente la mitad de los residuos que generamos en nuestras casas (denominados residuos sólidos urbanos o RSU) son desechos orgánicos. Estos desechos, si bien no forman parte de los catalogados como “reciclables” y pareciera que no tienen ninguna importancia y función, son grandes generadores de energía. 

Composición de los residuos sólidos urbanos en la Ciudad de Buenos Aires (año 2015).

Por medio de procesos microbiológicos, los desechos orgánicos comienzan a degradarse y pudrirse en condiciones anaeróbicas (ausencia de oxígeno), generando un gas denominado “biogás”, formado principalmente por metano y dióxido de carbono (dos de los principales gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático), y en menor medida por otros gases. El biogás, con alto porcentaje de metano (mayor al 50%), es químicamente comparable al gas natural que se obtiene en la explotación de yacimientos de combustibles fósiles, o simplemente el que utilizamos para prender una hornalla en casa. 

Por medio de un tratamiento adecuado, podemos captar y utilizar el biogás como combustibles para los motogeneradores produciendo electricidad. No solo evitamos que estos gases contaminantes vayan a la atmósfera incrementando las consecuencias del cambio climático, sino además sacamos provecho, transformándolos en energía considerada como renovable, contribuyendo así a resolver tanto restricciones energéticas como problemas ambientales y sociales.

En nuestro país, a modo de ejemplo, la empresa CEAMSE dispone de centrales de biogás donde aprovecha el gas generado en los residuos enterrados en los rellenos sanitarios para transformarlo en energía e inyectarlos al Sistema Interconectado Nacional. Actualmente en sus 3 plantas tiene una potencia instalada de 20 MW, consumo equivalente a más de 60.000 habitantes y con proyectos de nuevas plantas. A su vez, en Argentina disponemos de otras plantas que en lugar del relleno sanitario utilizan contenedores denominados biodigestores, donde aprovechan restos de alimentos, estiércol de animales, residuos cloacales, cultivos energéticos, entre otros, para generar energía. En esos casos, el potencial de generación de biogás, va a depender de cada sustrato y de ciertas condiciones a las que se someten los biodigestores.

Planta generadora de energía de SECCO en el Complejo Ambiental de CEAMSE.

En el país hay instalados 234 MW de potencia provenientes de las bioenergías, de los cuales actualmente genera 147 MW, lo que representa un 6,7% del total generado por las energías renovables, siendo la región del NOA la mayor propulsora. En tanto, en el último año hubo un aumento del 34% en lo que respecta al biogás, por lo que se espera que siga incrementando.

En cuanto al panorama mundial, durante el 2018 la Agencia Internacional de Energía publicó que aproximadamente 18 GW de la potencia instalada global proviene de esta fuente energética que creció a un ritmo del 4% anual entre 2010 y 2018. Los países líderes en la materia son Alemania, Estados Unidos y Reino Unido, pero al ser un recurso abundante, todos tienen potencial para producirlo, sobre todo los países en vías de desarrollo que suelen tener problemas con la gestión de los residuos.