El precio pagado por los 8 buques importados superó todas las expectativas y se proyecta que no habrá las divisas necesarias para cubrir con todos los cargamentos. Sacrificar crecimiento económico sería la única alternativa.

La segunda licitación de gas natural licuado (GNL) del año provocó un fuerte sacudón dentro del oficialismo. Las ofertas superaron todas las expectativas y se debió convalidar un precio de hasta 45 dólares por millón de BTU, un 450% más que el promedio del 2021 y un 66% más que la primera licitación del 2022 a comienzos de febrero.
Esto marca un escenario que se va empeorando mes a mes ante la falta de proveedores que puedan sustituir el gas ruso. Por lo cual, sin un desenlace rápido y positivo de la guerra, el panorama para los países importadores como la Argentina es sumamente preocupante.
En el caso de nuestro país, en estas primeras dos licitaciones del año se compraron 9 buques, lo que representa apenas el 14% de los barcos necesarios proyectados para todo el 2022. A estos valores, los desembolsos anuales podrían llegar hasta los 6.500 millones de dólares y generar el mayor déficit comercial energético desde el 2014.
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La cuestión es que semejante rojo sería inviable con este nivel de reservas del Banco Central y, aunque existieran, es muy difícil que se consiga oferta disponible para los 55 barcos que -por lo menos- se deberían importar de acuerdo a las proyecciones económicas del gobierno.
En ese marco, fuentes oficiales reconocieron a este medio que la única variable de ajuste que se observa como alternativa es sacrificar crecimiento económico para que, con una menor actividad, se necesiten menos importaciones energéticas.
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En esa línea, las empresas ya pidieron avanzar con un esquema de autocontrol para gestionar cortes programados en sus líneas de producción y adelantamiento de vacaciones para el personal, medidas que lógicamente reducirán su oferta en el mercado.
Lo paradójico es que, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti continúa repitiendo que “no faltará gas en invierno”, una realidad asumida en casi todo el hemisferio occidental. “Estamos tomando todas las medidas necesarias para que no haya faltante de gas y para que los precios internacionales no impacten en la Argentina”, destacó en su última conferencia de prensa.
Incluso, la funcionaria llegó a sostener que “la Argentina va a tener que importar este año menos gas que en los años anteriores porque tiene mayor provisión de gas por el crecimiento de Vaca Muerta”, algo que, con sólo cuatro meses del año transcurridos, ya quedó claro que no será así.