A un año de la pandemia, aparece como uno de los sectores más castigados. La producción sigue un 5,1% abajo y la venta de naftas un 5,5%. La producción de gas, aún más alarmante.
Después de un año de haber lidiado con el sinfín de problemáticas que trajo la pandemia y su freno productivo, la industria de hidrocarburos es una de las que resulta más golpeadas y que presenta cifras más adversas dentro de todo el arco productivo en Argentina.
Tras conocerse los datos de producción general de petróleo y gas de febrero del 2021, el sector da cuenta de que aún está lejos de haberse reactivado. Si bien existe un incremento mes a mes, en febrero pasado, las ventas de naftas y gasoil disminuyeron un 5,8% respecto al mismo mes del año pasado, según el último informe del Instituto Mosconi.
Uno de los datos que posibilita ver la profundidad de la crisis que atravesó este sector a lo largo del 2020, es el que muestra que, durante los últimos doce meses, las ventas de gasoil fueron 11,9% inferiores en comparación al mismo período anterior. Por el lado de la nafta, las ventas fueron 28,8% menores. En el acumulado de los últimos doce meses, la demanda de combustibles líquidos cayó un 18,8%.
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A pesar de cierto repunte de octubre al día de hoy, los registros de producción permiten ver que la merma en el sector del transporte no le da la posibilidad a la industria petrolera de experimentar la misma realidad que sectores como el de la construcción y la industria manufacturera, que tuvieron un crecimiento interanual del 22,7% y 1,6%.
La disminución en el turismo, fundamentalmente aéreo, parece ser una de las claves para comprender la caída en la venta de combustible jet fuel por parte de las refinadoras. En todo 2020, este sector registró una baja histórica del 77%.
A diferencia del resto de la economía argentina, que ya está cercana a igualar los números de febrero del año pasado –según las cifras de enero del INDEC, la economía estuvo un 2% por debajo de los registros prepandémicos y se espera que se acorte aún más esa diferencia en febrero– el sector Oil&Gas contrasta.
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En materia de producción de petróleo, la actividad se redujo un 5,1% en el interanual, mientras que el gas también lo hizo en el mismo sentido pero con una cifra aún más alarmante: 10,7%.
Tomando las variables convencional y no convencional de la producción petrolera y gasífera, el único dato que registró una suba interanual fue el del petróleo no convencional –con principal base en el shale de Vaca Muerta– en un 13,4%.
La actividad en el plano gasífero, según el informe, expone un declino significativo que se puede evidenciar con la baja en el último año por parte de las dos cuencas más productivas del país, la Neuquina y la Austral: 12,5% y 4,5% en forma respectiva.
