En Europa, más de 400 ciudades han implementado un sistema de reciclado y manejo propuesto por Zero Waste,que reduce rotundamente los costos del sistema. Conocé los casos más destacados.
“Nada ni nadie debe ser desechable”. El slogan es mucho más profundo y pragmático que la simple enunciación de un deseo. En momentos del año en que proyectamos esos deseos, individuales y colectivos, Global Alliance for Incinerador Alternatives (GAIA) muestra un camino donde la ausencia de residuos descartables dejó de ser una utopía para convertirse en un negocio rentable para las comunidades, los Estados y las empresas.
La pregunta inicial es: si separar correctamente la basura reduce abismalmente los costos en los presupuestos estatales y privados, ¿por qué las licitaciones de servicios siguen siendo oscuros corpus donde la basura cero es utopía?
En Europa, más de 400 ciudades han implementado un sistema de reciclado y manejo propuesto por Zero Waste, que forma parte de GAIA. Implementar los cambios lleva apenas dos o tres años.
En un informe reciente, liderado por la investigadora coreana Doun Moon, GAIA muestra de qué separar los residuos correctamente no sólo puede bajar costos, sino generar ganancias.
Los cambios no llegan de los gobiernos. Los exige una sociedad civil empoderada. En Besanzón, Francia, por ejemplo, los vecinos organizaron incluso una geolocalización de comercios comprometidos con el programa de basura cero. La membresía, de la que forman parte más de 100 comercios, atrae cada vez más clientes. A su vez, el Estado municipal integra el grupo de más de 400 ciudades europeas que adoptaron el sistema. Nada o casi nada se desecha. Así, sólo en el año 2017, logró un ahorro de casi un millón de dólares en una urbe de poco más de 100.000 habitantes. La medida fue simple: compromiso y obligación de compostar residuos orgánicos en cada uno de los hogares.
En Parma, Italia, el gobierno ahorra miles de euros anuales que antes se destinaban a enterramientos de basura. Para ello implementó un sistema de pagos según la generación de residuos por casa. Así el volumen total se redujo a menos de la mitad en apenas cuatro años. Los incentivos fiscales hicieron que la ciudad de casi 200 mil habitantes lograra un ahorro anual de 500 mil dólares.
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Dice el informe de GAIA: “Según los mejores datos disponibles, los costos operativos per cápita requeridos para la recolección y manejo de todos los residuos se calculan entre US$ 8 anuales (países de ingreso bajo) hasta US$ 119 anuales (países de ingreso alto)”. En países como Argentina los costos deberían ser de unos 30 dólares anuales. Siguiendo estas cifras el país gastará este año unos 276.000 millones de pesos en el manejo de la basura.
Algunas urbes latinoamericanas como La Paz en Bolivia o La Pintana, Chile, implementaron el modelo de reciclaje propuesto por GAIA y sus premisas de eliminar la incineración y disminuir al mínimo los enterramientos.
En el caso de la ciudad chilena los números son contundentes. El costo del compostaje de los residuos orgánicos es de 3 dólares por tonelada; la disposición de los mismos residuos en un relleno sanitario: 19.
La Pintana y su gente derriban el mito cultural de que sólo las sociedades desarrolladas pueden gestionar de manera eficiente sus residuos. Las políticas de la última cívico militar de Augusto Pinochet desplazaron, como a residuos, a miles de desposeídos a zonas periféricas como La Pintana. Ubicada en la zona sur de Santiago, aquella idea dejó una pobreza estructural que en la actualidad ronda el 42 %. Carente de servicios básicos, el plan de basura cero permite un ahorro anual de unos 300 mil dólares.
Otra de las soluciones propuestas por GAIA incluye eliminar gradualmente el uso de bolsas plásticas y envases de poliestireno expandido. Siguiendo esta idea, para 2023, la Unión Europea prevé la reducción de la fabricación de bolsas plásticas a unas 90 por persona por año.
Mientras tanto, en Chile, una startup ha comenzado a concentrar esfuerzos y recursos. Y cada vez son más las empresas que integran 0 Waste. La idea es simple: una aplicación que enseña las formas adecuadas de reciclar cada envase. A esto se le agrega una georreferenciación de los puntos de acopio de basura en la ciudad, que permite medir el problema y buscar las soluciones adecuadas. Y por último, la aplicación resalta aquellas empresas ambientalmente responsables que, al utilizar etiquetado adecuado, dan a los consumidores instrucciones claras para el reciclado.
Concluye el informe de GAIA: “Reducir la generación de residuos, recuperar materiales, mantener el aire, agua y suelo libres de tóxicos, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, proveer nutrientes al suelo mediante el compostaje y crear empleos de calidad son solo algunas de las ventajas adicionales que trae la basura cero, siendo ésta la base de una economía circular y resiliente”.