El gobierno argentino muestra un mínimo avance en el desarrollo de las energías renovables en el país. Hoy en día, se contabilizan menos de 200 proyectos repartidos en todo el país.
A menos de un mes del inicio de la COP27, Argentina muestra un panorama muy preocupante en su desarrollo renovable. Muy pocos proyectos han sido desarrollados en la última administración. La desaceleración de la opción de renovables es clara. Si bien el gobierno nacional promete presentar una hoja de ruta para dicha conferencia, las evidencias no dan claridad sobre el camino que estará planteando. Para esto, es importante comprender cuál es la situación actual.
Hoy en día, en el país existen 194 proyectos de energía renovable funcionando en las diferentes provincias. Algo que se traduce en una capacidad instalada de 5201,59 Mwh, menos de un 1% de la demanda primaria nacional (133800 Gwh), y cubre un 13% del aporte a la red eléctrica. No obstante, hace menos de 10 años la oferta era cero absoluto. No fue hasta 2012 que el país logró comenzar a implementar este tipo de energías en su matriz.
El desarrollo en renovables se ha centrado principalmente en la red eléctrica que es uno de los sectores que más emisiones de gases de efecto invernadero generan en el país (15%). Sin embargo, la segunda fuente de emisiones, el transporte (12%), no ha sido tomada en cuenta sustancialmente. La única fuente que hasta hoy sirve como sustituto de los hidrocarburos convencionales son los biocombustibles.
Según datos del Ministerio de Economía, las fuentes de energía eléctrica más desarrolladas son la eólica (33%), las pequeñas hidroeléctricas (25%) -no hay que confundirse con los grandes proyectos, ya que esos no son considerados renovables-, y solar (20%). Entre el Biogás, biomasa y otro tipo de tecnologías renovables acumulan el 22% restante.
Por otro lado, poco más de la mitad de los proyectos se concentran en la provincia de Buenos Aires, Chubut, Córdoba, San Juan -en ese orden-. Las provincias como Neuquén, Chaco, Corrientes, Santiago del Estero, Misiones, La Pampa y Santa Fe no llegan ni siquiera a los 5 proyectos por provincia, y el resto de las provincias no llega a los 20 proyectos.
[El crecimiento de las renovables se estancó a un 2% por la saturación de las redes]
Algunas de las empresas que han impulsado el desarrollo de este tipo de energías han sido Genneia, 360 Energy, RPG, Eoliasur, Abo Wind, Eternum Energy y Sinergia. Varias de estas empresas son internacionales y trabajan también la explotación minera como el caso de RPG.
En el país se desarrollaron 12 programas que impulsaron las energías renovables durante tres administraciones gubernamentales: dos dirigidas por Cristina Kirchner y por Mauricio Macri. Casi el 90% de la instalación fue consolidada durante el gobierno de Macri que impulsó ocho de los 12 programas. Aunque durante el gobierno de Kirchner se sancionaron leyes fundamentales para el desarrollo de las renovables como es el caso de la Ley de Fomento a Energías Renovables. Durante el último periodo gubernamental, el desarrollo de estas fuentes se estancó.
Aún con esto, el país tiene un alto potencial para el desarrollo de estas energías. Según una evaluación técnica y económica realizada por la Cámara Argentina de Energías Renovables la potencialidad, especialmente para la energía solar y eólica es descomunal. La primera, localizada en la zona de la cordillera, particularmente en las áreas del noroeste argentino (NOA), centro y el Cuyo. La segunda fuente podría tener mayor potencialidad en las provincias patagónicas y en la costa.
Según el reporte, habría que invertir en dos aspectos fundamentales: aumento de infraestructura para la transmisión y transporte, y la renovación de equipos que soporten mayor potencia energética.
Recientemente apareció una opción nueva en la fórmula: el hidrógeno verde. Es una fuente muy incipiente en el país, no obstante ya existen proyecciones de producción futura. En abril de este año se presentó ante la Cámara de Diputados la nueva propuesta de Ley “Régimen Nacional de Producción de Hidrógeno” para obtener media sanción. Desafortunadamente no ha sido discutida en el plenario. Esta podría ser una opción que funja como sustituto del consumo de hidrocarburos en el sector transporte.
El país está comprometido a reducir sus emisiones para el 2030 y llegar a la carbono neutralidad para el 2050. Sin embargo, este proceso parece no moverse sustancialmente. Tampoco se conoce un plan de continuidad gubernamental. En noviembre de este año se espera la publicación de una hoja de ruta para lograr esta transición.
