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El repunte de Vaca Muerta fortalece a los gremios y piden cambiar la adenda firmada con Macri

El sindicato pretende dar marcha atrás con la flexibilización laboral aceptada en 2017 y exige mejores condiciones ante el nuevo contexto de crecimiento.
Marcelo Rucci, secretario administrativo del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa.

La reactivación de Vaca Muerta que vienen manifestando los últimos números de producción y la expectativa de crecimiento a futuro –con una nueva ley de hidrocarburos en puerta– hacen que el gremio de petroleros se proponga rever ciertas condiciones laborales en la operación en los yacimientos.    

“Cuando la situación estuvo muy difícil, nosotros fuimos el único gremio que firmó un 223 Bis, acompañamos el Plan de Sustentabilidad y aguantamos todo lo que fue la baja del petróleo y el consumo. Resulta que ahora, que están récord tras récord de producción, si uno les habla de una persona más, ni siquiera te contestan”, dijo Marcelo Rucci, secretario administrativo del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, respecto al desencuentro actual que existe entre el gremio y las cámaras empresarias alrededor de la Adenda Vaca Muerta impulsada por Mauricio Macri en 2017.

Desde el gremio que encabeza Guillermo Pereyra sostienen que hoy la situación productiva de Vaca Muerta ha cambiado a la del 2017 -cuando se firmó la polémica flexibilización del convenio colectivo- y que el esfuerzo realizado por los trabajadores durante ya casi un año y medio de actividad en pandemia ha logrado sus frutos. Es decir, el escenario cambió y los números de las empresas dan cuenta de que hay suficiente cintura para rever lo firmado cuatro años atrás.

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En aquel entonces, el acuerdo de adenda estableció que el número de operarios asignados a los servicios de estimulación y fractura de pozos pasara de 16 a 13, algo que fue muy criticado desde otros gremios a un Pereyra que coqueteaba con el macrismo y que justificaba la medida en pos de ayudar a un mayor desarrollo de la formación no convencional que termine generando más puestos de trabajo en el largo plazo.

Hoy, ese es uno de los principales obstáculos a la hora de que se cristalice un nuevo acuerdo. Pablo González, presidente de YPF, y, en definitiva, vocero de las cámaras empresarias, apoya la idea de que un nuevo acuerdo en torno al convenio colectivo de trabajo permita que pasen de ser 13 a 14 los operarios, sin embargo Rucci se mantiene intransigente en el afán de que sean nuevamente 16 los operarios asignados.

“Si vos lo ves desde el lugar de ellos, te van a decir que hicieron el esfuerzo desde 2017, en la pandemia frenaron sus reclamos y un montón de trabajadores quedaron en stand by. Y que ahora que se recupera la industria es lógico que pidan una recomposición”, dijo a EOL una fuente allegada al sector empresario. “Claramente un sindicato siempre va a querer seguir ganando terreno. Y más aquel terreno que cedió”, agregó.

La provincia de Neuquén viene de alcanzar un nuevo récord en su producción de crudo en el mes de junio. A partir de un total de 193 mil barriles aportados por la formación shale, la provincia alcanzó el mayor volumen mensual en 16 años.

“En medio de la pandemia firmaron un acuerdo en una situación bastante delicada en la que tenían a muchísima gente en stand by. Me parece que ahora ven que se están logrando resultados de competitividad, que hay un nivel de reactivación importante y están viendo si en el tire y afloje consiguen algo más. Me parece que se están aprovechando de la situación, me parece poco oportuno”, sostienen desde una de las principales petroleras del país.

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Por lo pronto, no hay una definición sobre una adenda que encuentra hoy diferencias entre las partes, en última instancia, respecto a la distribución de la ganancia que genera Vaca Muerta. De cualquier modo, desde el ámbito empresarial consideran que “se va a llegar a un consenso”. “Les dijimos que queríamos arreglar algunas cosas en la letra chica y que habíamos planteado otra cosa cuando hablamos de la adenda. No quieren firmar, nosotros tampoco vamos a firmar”, remarcó Rucci, por su parte.

En limar las asperezas que corresponden a entender una misma realidad como oportuna u oportunista, según quién la esté analizando, estará clave para que el conflicto se destrabe.