El ministro reconoció que la propuesta surgió luego de sus reuniones por la capital estadounidense con la idea de generar reglas de juego claras para el desarrollo de esta actividad que Occidente tanto necesita.
El ministro Martín Guzmán propuso un proyecto de ley que genere las condiciones para exportar GNL argentino y reconoció que la idea surgió tras sus diversas reuniones en Washington, donde la más importante fue con el Vicesecretario de Energía de Estados Unidos, David Turk.
“De estas reuniones y las que hemos venido manteniendo previamente, concluimos que será de valor para el país trabajar en un proyecto de ley específico para el desarrollo del GNL, que se debería construir con el apoyo de las fuerzas políticas del Congreso a efectos de que las reglas de juego para el desarrollo de esta actividad sean percibidas como más estables”, subrayó.
Como explicó EOL, Occidente está desesperado por encontrar nuevos proveedores confiables que puedan sustituir el gas ruso y ve en Vaca Muerta una gran oportunidad. El problema es que, el constante cambio de reglas de juego que caracteriza a la política argentina genera demasiada incertidumbre para un negocio de miles de millones de dólares.
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Es ahí donde se busca una ley que garantice una serie de condiciones inalterables para otorgar mayor seguridad jurídica a los inversores y que tengan la certeza de el país mantendrá un abastecimiento constante de este fluido, más allá de sus vaivenes macroeconómicos.
“Hemos mantenido encuentros que nos ayudan a posicionar la estrategia que está trazando el Gobierno Argentino para producir Gas Natural licuado. La estrategia incluye una articulación con empresas energéticas nacionales, internacionales, y varios países miembros del G20 a efectos de garantizar la demanda para la producción que Argentina tiene el potencial de generar”, agregó Guzmán en esa línea.
En su gira por la capital estadounidense, el ministro tuvo cinco reuniones clave y en todas discutió la problemática energética que tanto preocupa al mundo por estos días. En primer lugar, desayunó con ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales de los países miembro del G20, luego tuvo un encuentro bilateral con su par de Finanzas de Italia, Daniele Franco, con el que dialogó expresamente “sobre la seguridad energética global y las oportunidades para profundizar vínculos entre ambas naciones” en este campo.
Más tarde, visitó el Departamento de Energía de los Estados Unidos y tras ello, se juntó con el secretario de Estado Parlamentario del Ministerio Federal para la Cooperación Económica y Desarrollo, y Gobernador por Alemania en el BID, Niels Annen para avanzar en la agenda de cooperación económica bilateral, “con especial énfasis en el área de la energía”. Finalmente, fue recibido por el Comisionado de la Unión Europea, Paolo Gentiloni.
Según Guzmán, “ya habiendo dado pasos clave para solucionar los problemas de las deudas externas, el foco de los encuentros bilaterales pasó a ser el de la Energía y la contribución que con su potencial puede hacer la Argentina a la seguridad energética y alimentaria global en un mundo convulsionado”.
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En ese marco, el ministro considera que el mundo valoró positivamente el rol que tuvo el Congreso de la Nación en el acuerdo con el FMI y pretende seguir el mismo camino para el desarrollo del sector energético. “Vemos que deberíamos seguir una lógica similar de política de Estado”, dijo.
La cuestión es que, para desarrollar una plataforma exportadora de GNL, no sólo será necesario completar las dos etapas del gasoducto Néstor Kirchner que acaba de lanzar el Gobierno. También se necesitará financiamiento por alrededor de 5.000 millones de dólares para construir una planta licuefactora en Bahía Blanca y un aumento sostenido de inversiones de las petroleras extranjeras en el Upstream de Vaca Muerta para garantizar el abastecimiento del insumo.
Ese dinero deberá irremediablemente provenir de la banca internacional y para ello, un proyecto de ley podría dar la seguridad que los inversores necesitan para darles prioridad en la entrega del gas y un régimen mucho más flexible de acceso a las divisas y remisión de utilidades a sus casas matrices.
