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La OPEP resiste la presión internacional y se niega a subir la producción

A pesar de la crisis energética global que está disparando los precios ante el faltante de insumos clave, las potencias petroleras mantendrán los flujos pautados. El Brent salta por encima de los USD 80.

Ni crisis energética mundial ni la fuerte presión de la comunidad internacional lograron modificar los planes de la OPEP. A pesar de la disparada de precios y el notorio faltante de insumos energéticos claves, los países petroleros más importantes se siguen resistiendo a aumentar la producción de crudo.

Luego de una nueva reunión, la organización OPEP + comunicó que mantendrán el cronograma de flujos pautado que prevé un alza de apenas 400 mil barriles diarios en noviembre, un valor que fue calculado en un escenario completamente diferente en el que nadie se imaginaba una crisis de esta envergadura.

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La determinación tuvo un correlato inmediato en los mercados de futuros, donde el Brent aumentó un 2,5% y llegó a cotizar a 81,9 dólares el barril, el nivel más alto de los últimos siete años, superando por unas décimas el pico alcanzado en 2018.

Como explicó EOL, los precios del gas natural alcanzaron valores récord en los últimos días en Europa y Asia, lo que derivó en complicaciones en toda la cadena y lógicamente se trasladó al mercado del petróleo y la electricidad.

China, por ejemplo, llegó al extremo de tener que programar cortes de suministro ante el déficit de generación eléctrica consecuente de la falta de carbón y GNL. El panorama es sumamente preocupante, no sólo para el gigante asiático, sino para todos aquellos países que son proveedores de su enorme aparato industrial -ahora paralizado- o dependen de su producción de insumos para poder fabricar otros productos.  

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Al mismo tiempo, en Occidente empieza a alarmar una espiralización inflacionaria que no se detiene y que es explicada en gran parte por el vertiginoso incremento de los costos energéticos.

“El problema es muy grave. La inflación está estallando en el mundo y va a provocar serios conflictos sociales y políticos. Esto ha dejado de ser una crisis sectorial para convertirse en una crisis mundial. No creo que los árabes puedan resistir mucho tiempo más la presión del resto del mundo”, señaló a este medio, el analista de mercados, Francisco Uriburu.