Inicio Electricidad ¿Por qué es tan perjudicial utilizar fueloil y gasoil para generar electricidad?

¿Por qué es tan perjudicial utilizar fueloil y gasoil para generar electricidad?

Frente a la caída de la producción de gas, se disparó la importación de estos combustibles para abastecer a las centrales termoeléctricas. ¿Qué tan contaminantes y costosos son?
Importaciones de fueloil y gasoil

Tan nocivos para el medio ambiente como para las cuentas del Estado, el fuel oil y el gas oil son alternativas en las que el Gobierno cae cuando la producción de gas no puede satisfacer por sí sola la demanda de energía eléctrica. Sucede que el 60% de la electricidad proviene de centrales termoeléctricas que si no disponen de gas natural para abastecerse, tienen que recurrir a estos otros combustibles con las consecuencias que eso acarrea.

El ingreso de divisas al país es uno de los objetivos que tiene entre ceja y ceja el Gobierno desde que asumió, y la hidrocarburífera es precisamente una de las industrias en la que más expectativas posa para lograr que eso ocurra. Sin embargo, la persistencia de la pandemia, una recuperación productiva que aún no alcanza niveles previos a la llegada del Coronavirus y un abril negro que puso en parálisis a Vaca Muerta durante tres semanas por los cortes de ruta, quizás hicieron que lo urgente se anteponga a lo importante.

De este modo, en un escenario de producción de gas que no alcanza para satisfacer la demanda actual, el Gobierno se vio en la necesidad de acelerar las importaciones de GNL y de combustibles líquidos derivados del petróleo como el fuel oil y el gas oil. En materia de emisiones de gases de efecto invernadero, luego del carbón, son los combustibles fósiles más contaminantes, al mismo tiempo que, por sus altos costos, golpean a una balanza comercial ya delicada, que atraviesa una situación macroeconómica en la que importar combustibles líquidos para la generación eléctrica de residenciales e industrias puede parecer un lujo cuando se cuenta con uno de los recursos de gas con mayor potencial en el planeta.

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“El aumento del uso del fueloil y el gasoil deriva de la caída en la producción de gas natural en la Argentina. Para el invierno de 2019, el país producía cerca 140 millones de metros cúbicos día y hoy produce 110 millones, lo que se explica por 15 meses consecutivos de caída”, dice Alejandro Einstoss, economista e integrante del Instituto Mosconi. El problema, agrega, es que “este reemplazo por combustibles líquidos es tres veces más caro de lo que se paga el gas a nivel local y el doble de lo que sale importarlo por barco este invierno”.

Al no poder contar con el gas natural suficiente para satisfacer la demanda eléctrica, las centrales termoeléctricas utilizan este tipo de combustibles líquidos a modo de sustitución. Como explicó EOL anteriormente, mientras que el Plan Gas paga 3,7 dólares el millón de BTU, un volumen equivalente de gasoil, por ejemplo, hoy cotiza cerca de los 13 dólares.

La importación de gas para el abastecimiento en el invierno no es un fenómeno novedoso en sí. Lo que ocurre, según Einstoss, es que este invierno, “la falta de producción de gas se está sintiendo antes de la llegada del pico del invierno. En mayo, ya estuviste reemplazando casi 20 millones de metros cúbicos día por gasoil y fueloil, lo que no se veía desde el 2015 o el 2016”.

Esto lleva, entiende él, a que se engrosen los subsidios a la energía, “porque tenés un aumento en el costo de generar energía que la demanda no paga”, lo que coincide con una cotización del barril de crudo –y por lo tanto de sus derivados– que está en alza y ya sobrepasa los 72 dólares.  

En cuanto a los factores de emisión de dióxido de carbono, el fuel oil genera 77,4000 toneladas de CO2/TJ, muy por encima de los factores de emisión del GNC y los demás combustibles gaseosos que giran en torno a las 50 toneladas. Por el lado del gasoil, la generación de emisiones, apenas por debajo, es de 74,100 tCO2/TJ.

Según cuán completa o perfecta sea la combustión en su capacidad de generar energía, el combustible será más o menos limpio. Entre los más nocivos al medio ambiente, se encuentran el carbón, la leña y el carbón de leña, cada uno de ellos por encima de las 90 toneladas de CO2/TJ.

A la inquietud de si existe la posibilidad de que este año se alcance un pico en la importación de este insumo, el analista energético señala que “es muy probable que así sea, pero depende de cómo vaya a reaccionar la producción de acá a 30 o 45 días”. Insiste en que la producción de gas viene cayendo fuerte, mes tras mes. “En términos interanuales, cae más del 10%, lo que es muchísimo. Hay que ver si, en junio, los compromisos de producción de las empresas empiezan a verse en los números, empieza a entrar en los gasoductos”, agrega.

Con la llegada de la pandemia, la producción gasífera local se vio fuertemente comprometida, y agravada con la disposición de nuevas cuarentenas y, principalmente, la parálisis de 21 días de la actividad en Vaca Muerta, a lo largo de abril. Respecto a este último factor, Einstoss considera que “vamos a poder hacer una evaluación de cuál fue realmente el costo de estas tres semanas de piquetes una vez superado el invierno. Hoy todavía es temprano, y además de ver qué pasa en los próximos 45 días, también hay que ver con qué temperaturas nos recibe este invierno”.