Los dichos del presidente brasilero incrementan las posibilidades de construir un gasoducto hasta Porto Alegre, aunque todavía no se conoce cuándo podrían comenzar las obras.
En esta oportunidad, es Jair Bolsonaro quien vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de un acuerdo para que Argentina le venda gas a Brasil y así conectar Vaca Muerta con el sur de Brasil. Iniciativa que gran parte del sector ve con buenos ojos ya que lo considera un mercado que puede tener potencial, pero que hoy encuentra la traba habitual en materia de infraestructura: el financiamiento.
Meses atrás, el embajador Daniel Scioli mencionó que el proyecto de construcción de un gasoducto que conecte ambos países está “en fase exploratoria” y ahora el presidente brasileño confirma que “estamos en negociaciones con Argentina por el gas de Vaca Muerta. Algún día va a ocurrir, aunque no es fácil importar gas porque antes necesitamos un gasoducto”.
Los costos de la construcción del gasoducto se estiman en 3.700 millones dólares para la Argentina y unos 1.200 millones de dólares corresponderían a Brasil. La traza del gasoducto tendría una extensión de 1.430 kilómetros y conectaría a ambos países a la altura de Uruguayana para luego ir a Porto Alegre.
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Esta misma idea es la que ya se veía planeada más de un año atrás en el “Programa Federal Quinquenal” del ex secretario de Energía, Sergio Lanziani, y que varios dirigentes entienden como una oportunidad que la producción shale gas de Vaca Muerta no puede dejar pasar.
Ambos gobiernos saben que sin financiamiento extranjero sería imposible iniciar una obra de esta magnitud, por lo cual, hoy en día, la situación se muestra más en una etapa consensos, agendas que se muestran alineadas desde hace meses, pero en la que aún no se habla de plazos.
“Nos parece muy importante, y tenemos la intención de construir gasoductos para traer al Brasil la energía que se produce allí”, dijo también Paulo Guedes, en 2019. No obstante, más allá de esta proyección, Brasil cuenta con el potencial del Presal, lo que puede significar un obstáculo para el eventual ingreso de la producción de Vaca Muerta en Brasil.
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Hoy, la Argentina juega con la ventaja de que el país vecino cuenta con una infraestructura gasífera muy poco desarrollada debido al peso de la hidroeléctrica en la generación. Pero el tiempo no deja de correr y si Brasil logra conectar el gas de su offshore en un corto o mediano plazo, la oportunidad de Vaca Muerta en ese territorio podría no tener el mismo peso que hoy.
En paralelo, el alza en la producción de gas que experimenta Vaca Muerta obligó al Gobierno a atender el déficit que existe en materia de infraestructura también a nivel interno, por lo que recientemente confirmó la inclusión en el Presupuesto de 2021 el financiamiento de la obra de un nuevo gasoducto que conectará Vaca Muerta con la provincia de Buenos Aires. A esto también se agregó la conexión de los gasoductos Centro Oeste y Noroeste, entre Mendoza y Córdoba, con el objetivo comenzar a abastecer al noroeste del país con el gas de Vaca Muerta ante el declino de la producción boliviana.
